Oficiales del Ejército vendieron en forma clandestina más de tres mil galones de gasolina Turbo Jet Uno a diferentes grifos del valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE). El combustible terminó como insumo para la elaboración de pasta básica de cocaína (PBC).
Uno de los grifos que compraba este combustible destinado a los helicópteros que patrullan el VRAE fue “Moralitos”, actualmente cerrado por orden del Ministerio Público y la policía antidrogas.
En esta zona del país, el kerosene y la gasolina son productos de venta restringida ya que son usados por los narcotraficantes como insumos para la elaboración de estupefacientes.
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