La misma situación de riesgo ante el acoso de los agentes tributarios del Estado alos cafetaleros de Puno la están viviendo los socios de la Cooperativa Agraria Cafetalera Valle Río Apurímac (CACVRA), que agrupa a más de 1,600 pequeños caficultores, uno de los cuales, Alfredo Yucra, fue reconocido como el productor del mejor café del Perú de este año.
En el 2004, el gremio solicitó la devolución del crédito fiscal que tenía a su favor de 200 mil soles, tras lo cual la SUNAT realizó una fiscalización determinando que tenían una supuesta deuda por evasión de impuestos de 600 mil soles, al desconocer los reintegros que hacen las cooperativas a sus socios y por no acatar la norma de bancarización. Con los intereses y multas la deuda se ha convertido en 850 mil soles.
El gerente de la CACVRA, Juan Andrés Amao, cuestionó estas multas, en primer lugar porque se quiere cobrar a los productores por entregar su café a sus propios representantes, para vender el producto.
“Encima exigen una bancarización en zonas donde no hay bancos. Y esto porque no conocen siquiera cómo vivimos, los funcionarios se quedan en Ayacucho y no quieren venir a pesar de que se lo hemos pedido varias veces. ¿Cómo le voy a pagar con cheque a un productor que al final gastará la mitad de ese dinero en llegar hasta Huamanga para cobrarlo?”, inquirió indignado”.
Precisamente, hace dos semanas, el ganador del concurso nacional del café, Alfredo Yucra, esto en Lima, para tratar de explicar a los miembros de la comisión de Economía del Congreso, que los afectados son pequeños productores, que tienen que vivir en una zona alejada, donde no hay carretera, ni luz, donde además tienen que competir con la economía ilícita, y que han soportado los ataques del terrorismo.
El mismo fue uno de los miles de desplazados producto de la guerra interna, y cuándo ésta acabo decidió volver para producir café.
“Mis padres cultivaron café aquí, y yo regresé porque amo esta tierra y quiero que el país la conozca por las cosas buenas que tienen y no sólo por lo que ocurrió con el terrorismo. Por eso nos hemos unido, y con mis vecinos estamos sacando el café Kuki, porque trabajamos juntos, unidos, como hacen las hormiguitas que lleva ese nombre”, relató.
Por su parte, Amao, agregó que actualmente los productores tienen que enfrentar, además, la economía ilícita de la coca. Recordó que en la época del terrorismo mataron a varios dirigentes y destruyeron su infraestructura y que en el 2002 un grupo de cocaleros intentó tomar la cooperativa y vejó a los dirigentes, a quienes les arrojaron con pintura amarilla por no acatar una paralización convocada por ellos.
“Nosotros sólo queremos trabajar, sacar adelante nuestro producto, porque queremos progresar, vivir mejor. Por eso formamos las cooperativas, para tener mejores condiciones de producción y comercialización. Pero con esta persecución tributaria el gobierno no quiere dejarnos, ¿quiere que vivamos siempre pobres?”, preguntó.
Todas estas irregularidades se acabarían si el congreso aprueba la insistencia del proyecto de ley N° 3747-2009-CR, para evitar que se siga castigando a los pequeños productores que quieren organizarse empresarialmente, como promueve el gobierno del presidente Alan García, para construir una democracia con paz y equidad.