Menores de edad entregados a personas allegadas (padrinos) con el fin de brindarles mejores oportunidades han sido víctimas de los tratantes de personas. Los supuestos “padrinos” crean falso vínculos de confianza con las familias del menor para luego explotarlo en el servicio doméstico, mendicidad, explotación laboral, explotación sexual, entre otros, según CHS Alternativo.
Se sabe que trasladar el cuidado y protección de hijas e hijos a otras personas o familias es frecuente y aceptada en muchas zonas del país. El deseo de brindar nuevas oportunidades a sus descendientes impulsa a miles de personas a entregarlos a alguien a quien consideran honesto y comprometido con el buen desarrollo de los niños.
Lamentablemente, esta solidaria forma de relaciones humanas ha sido aprovechada por los tratantes de personas para captar fácilmente a víctimas menores de edad, generando vínculos falsos de confianza con las familias. Fungiendo como supuestos padrinos o compadres logran sacar de sus hogares o comunidades de origen a las nuevas víctimas de explotación, refirió CHS Alternativo.
De acuerdo al Ministerio Público, el padrinazgo es una modalidad de captación recurrente sobre todo en comunidades andinas y amazónicas. Al 2014 se registraron 30 casos de víctimas de trata de personas captadas así. Los tipos de explotación en los que terminan cayendo las víctimas son generalmente servidumbre en el servicio doméstico, mendicidad, explotación laboral, explotación sexual, entre otros.
“Para prevenir la trata de personas hay que conocer el delito y ser consciente de los daños que ocasiona (…) en las comunidades rurales la práctica ancestral del padrinazgo, en muchos casos le abre las puertas a los tratantes de personas; que la información llegue a estas comunidades, bajo una estrategia que considere el factor cultural, es clave”, dijo Luis Aguilar, sub director de CHS Alternativo.