Muchas personas consideran que las medidas para reducir las emisiones de dióxido de carbono y mitigar el cambio climático se oponen al crecimiento económico.
Sin embargo, Michael Spence, Premio Nobel de Economía 2001, concluye que estas iniciativas, lejos de perjudicar la economía, podrían impulsarla de manera considerable. A este nuevo enfoque de hacer frente al cambio climático, él denomina “la nueva economía climática”.
En ese sentido, el reconocido economista y profesor canadiense, sostiene que “permitir el agotamiento del ‘capital natural’ del mundo (los recursos y ecosistemas que los sostienen) es, en esencia, otra forma de subinversión destructiva” y explica que “actuar ahora sería mucho menos costoso que esperar. De hecho, apenas supondría costes”.
Por esa razón, Spence enfatiza que la problemática actual de la cantidad de CO2 en la atmósfera representa un “problema de hoja de balances”, es decir, de carácter económico. Así, a pesar de que las actuales proyecciones climáticas sustentan que es improbable que el mundo pueda realizar los ajustes necesarios para reducir de CO2 atmosférico, es compromiso de todos los países en generar transformaciones económicas en cuanto a la coordinación y distribución de sus recursos. Sin embargo, señala el Nobel, esta no será una tarea fácil.
De esta manera, el economista sustenta que es indispensable realizar acciones prontas para que el gasto sea mucho menor. De hecho, “si se postergan 15 años o más será imposible alcanzar los objetivos de mitigación, sean cuales fueren sus costes para ese entonces”.
Spence explica a mayor detalle su postura en una columna de opinión que publica el diario El Espectador de Colombia. Para leer la nota completa haga click aquí.