Las lideresas, representantes de la Federación Regional de Mujeres Ashaninkas, Nomatsigengas y Kakintes (Fremank) de la selva central, elevaron un pronunciamiento público exigiendo que se refuercen las medidas de seguridad en sus territorios indígenas y solicitaron que se erradiquen los cultivos ilícitos de hoja de coca.
El documento firmado por más de 45 mujeres líderes de comunidades pertenecientes a distritos de Mazamari, Pangoa, Río tambo y Río Negro (provincia de Satipo) refieren que el narcotráfico y cultivos ilícitos tientan a sus hijos con dinero fácil, llevándolos a la cárcel e incluso a la muerte. Muestra de ello es que varios indígenas están encarcelados en penales de la selva central.
La Fremank denunció que en el proceso de producción de cocaína en laboratorios clandestinos ubicados en las alturas de las cordilleras, contaminan sus tierras y ríos. Además exigen una profunda investigación sobre el caso de más de 30 intoxicados en la comunidad nativa de Parijaro, distrito de Río Tambo. En ese sentido, solicitaron un análisis toxicológico, para determinar con exactitud las causas de la tragedia.
Las lideresas aseguraron que se mantendrán firmes en su compromiso por el desarrollo y la seguridad de sus comunidades, empoderando su rol político, social y económico. «Queremos ser aliadas con el Estado para fortalecer nuestro desarrollo», finaliza el pronunciamiento.
Este accionar se tomó como parte del vigésimo primer congreso ordinario de la Fremank desarrollado en Satipo el 5 y 6 de setiembre, donde participaron la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán y los gobiernos locales de Mazamari, Pangoa, Río Tambo y Río Negro.
Dato:
Manuel Mesones Castelo, gerente general de Devida, quien participó del Congreso de la Fremank, refirió que en los proyectos productivos que se ejecutan en la zona norte del Vraem, el rol de la mujer es fundamental para la sostenibilidad del desarrollo alternativo.