El ex director de la Policía Nacional Gustavo Carrión Zavala publicó un artículo en el blog Espacio Compartido titulado «Mayor confusión» en el que analiza la actual confusión que existe en el país en temas de seguridad y las «ininteligibles» explicaciones que brinda al respecto el actual ministro del Interior, Octavio Salazar.
Espacio Compartido. El día 19 de julio tuvimos la oportunidad de presenciar a través de la televisión, la entrevista que concediera a canal 6 (RPP) el ministro del Interior, y de las respuestas que diera a los periodistas entrevistadores, nos quedó la sensación de la inmensa contribución del ministro Salazar a aumentar la confusión en temas de seguridad, con explicaciones que además de ininteligibles, pretendían esconder las verdaderas razones de la pobre actuación policial en los diversos temas tratados.
Dijo Salazar, que la Policía es sólo un “eslabón más en la cadena de voluntades comprometidas en la seguridad ciudadana”. Según lo dicho, en temas de seguridad la Policía tiene el mismo tamaño de responsabilidad que otros sectores involucrados, como educación, salud, familia, operadores de justicia y otros más.
Si esto fuese así, habría que preguntarle al ministro ¿cuál sería la razón de la sociedad y del estado en incorporar en la estructura estatal una institución-cuerpo como la Policía, si resulta ser en temas de seguridad solamente par de las demás instituciones mencionadas? ¿No es acaso cierto, que no solamente en el Perú, sino en toda sociedad, se constituye un cuerpo encargado de mantener la indemnidad de las personas, en su vida, bienes y ejercicio de libertades y derechos?
¿No es acaso cierto que todo diseño de seguridad ciudadana se hace teniendo como elemento sustantivo a la Policía, pues ese es su fin? ¿No es cierto que la Policía es la organización que debe satisfacer las demandas de seguridad de la ciudadanía y que las demás instituciones eslabonadas, lo son en base al eje fundamental que es la institución cuerpo concebida para ese fin?.
Lo que sucede, y no se quiere reconocer, que la actual Policía, en inocultable proceso de descomposición, no da la talla para su verdadera responsabilidad, y ello por desmotivación de sus integrantes, por pésimas condiciones laborales, endeble formación, pésimas remuneraciones, pésimo equipamiento y para sumar, inexistente liderazgo.
Ante la pregunta por el hecho de la muerte de un ciudadano en un patrullero de las “Aguilas Negras”, reconoció que se trató de un exceso policial, empero no explicó que esos excesos tienen su origen en la falta de profesionalismo, deficiente formación y falta de capacitación continua.
Como entender que varios policías no sean capaces de emplear técnicas para reducir a una sola persona por más que hubiese sido supuestamente presa de alguna alteración, y aquí encontramos otra falla que venimos señalando, la oferta de poner en patrullaje en las calles 15,000 policías más, se ha convertido en obsesión por cumplir esta cuantitativa meta, sin importar la formación que se imparte en la diáspora de escuelas de formación de sub-oficiales que se han instalado en todo el país y que con una sencilla medición de las capacidades y destrezas de los policías egresados de estas escuelas, nos darían reporte exacto del nivel de improvisación en su formación.
Aumenta la gravedad, que estos policías pesimamente formados, tienen una vida útil en la institución de 30 años, por lo que debemos quedar advertidos de la duración de la coyuntura y de la fragilidad de la institución base para cualquier diseño de seguridad ciudadana.
Preguntado sobre el nada encomiable primer puesto del Perú como productor-exportador de cocaína, explicó que en su reciente viaje a EE.UU., había obtenido rectificaciones, que no era del todo cierto el primer lugar, que estamos cerca pero que las cifras que se dieron no fueron exactas.
Lo que no explicó fue el por qué, solamente en el año 2009 se habían incautado 10 toneladas de droga, frente a las 300 potencialmente producidas, ni porque de 35000 toneladas de insumos llevados a las zonas del Huallaga y el VRAE, solamente la Policía incauto 490, lo que evidentemente es una pésima performance que configura el fracaso absoluto en la lucha contra el tráfico ilícito de drogas, a pesar de las también absurdas explicaciones que diera a otro programa de televisión el actual Director General de la Policía,(que a su vez dirigió anteriormente la unidad especializada en la persecución de este delito), quién sostuvo que Colombia incautaba 200 toneladas por el apoyo de los EE.UU. y que este apoyo en el caso del Perú no era del mismo tamaño.
Cabe aclarar que Ecuador, que no es un país productor y no tiene convenio alguno que lo apoye en la lucha contra el TID, incautó en el mismo 2009, nueve toneladas de droga, obviamente que se trata de la droga que no pudo incautar la policía peruana, con la adición que la policía del Ecuador es de menor dimensión que la de nuestro país.
El ministro también ha escrito, que la ausencia de resultados puede explicarse a la falta de recursos, sin embargo el director de la Policía declaró que el no necesita mayores recursos, que no se queja por la aparente falta de éstos y que su principal factor para el éxito es su potencial humano. No se ponen de acuerdo en las apreciaciones, pero debemos advertir al director general, que por los niveles de desafección y desaliento del personal policial, este se convierte en su principal problema y no en su principal valor.
Nos parece que ambas autoridades están escondiendo la razón de fondo de la poca efectividad policial, y que está asociada a la creciente e incontenible corrupción. No nos olvidemos finalmente, que la delincuencia crece por múltiples factores, pero que resulta verdad categórica, que siempre crece de la mano del crecimiento de la corrupción policial.