Más de 125 familias, pertenecientes a los caseríos Valle de Shunte, Nueva Unión, Ollates y el sector Cerro Dulce, damnificados por las fuertes lluvias e inundaciones de enero pasado, continúan abandonados a su suerte, sin que autoridad alguna se pronuncie y les de solución.
INFOREGION constató que los terrenos agrícolas, que antes eran el sustento para los campesinos, ahora están casi inservibles. Según las estadísticas, se perdieron miles de animales de corral, incluyendo gallinas, cerdos y cuyes, y resultaron muy dañadas unas 500 hectáreas de cultivos de cacao, maíz, arroz y plátano.
Los campesinos reclamaron porque hasta el momento no han recibido ningún tipo de ayuda del gobierno regional ni de la municipalidad provincial de Tocache y lo que es peor, ni siquiera han sido empadronados como damnificados por el municipio de Santa Lucía.