Más de 1 000 especies serían consideradas en la lista de flora que tienen algún grado de amenaza en su subsistencia en el Perú y que es elaborado por un grupo de especialistas y estudiosos reunidos en Lima y que será publicada en octubre del presente año, indicó el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor).
Mirbel Epiquién, director general de Gestión Sostenible del Patrimonio Forestal del Serfor, explicó que la elaboración de esta lista ayudará a priorizar recursos, así como a generar políticas, proyectos y programas para la recuperación de esas especies amenazadas.
«También nos ayuda mucho para poder garantizar que haya un mejor control de esas especies», manifestó Epiquién en declaraciones a la Agencia Andina.
El funcionario sostuvo, además, que este tipo de listas se convierten en un apoyo al trabajo que realiza el para determinar una denuncia contra aquellas personas que atentan contra la naturaleza, como son los taladores ilegales de madera.
Recordó que en la última lista de especies de flora amenazadas data del 2006, ocasión en la cual se registraron un total de 777 tipos de flora.
«La elaboración de la nueva lista comenzó en setiembre del 2014, con una primera reunión de planificación y la semana pasada hemos tenido la segunda reunión con los expertos, donde hemos creado una Comisión Nacional de Categorización que reúne a todos los expertos botánicos del país», remarcó.
Epiquién precisó que estos 99 investigadores, provenientes de los centros de investigación de flora de diferentes universidades del Perú, tienen la labor de determinar los criterios de categorización de especies.
«Debemos tener un sustento técnico y teórico de por qué tal o cual especie debe estar en un grado de amenaza. Todo obedece a criterios de análisis ecológicos, económicos y ambientales», anotó.
El funcionario del Serfor mencionó que una de las especies que corren el mayor riesgo de extinción es la orquídea que son extraídas de los bosques para su venta, así como el palo santo y sobre todo la madera.
«Todas las especies que tiene valor comercial y son extraídas directamente de su medio natural ya tienen algún grado de amenaza. Por eso tenemos que catalogarlo en un estado crítico para establecer políticas de control o hacer vedas», expresó.
Puso como ejemplo al cedro, la caoba o el shihuahuaco, que están en un grado de amenaza por ser especies muy solicitadas para la industria maderera.