Maktu: la propuesta técnica de cacao que empodera a las mujeres machiguengas

LIMA. Hoy es el último día de la XIV edición del Salón del Cacao y Chocolate. El encuentro anual más importante de cacao y sus derivados a nivel nacional, realizado con el respaldo del Salon Du Chocolat Paris: la mayor red mundial de salones de chocolate. 

Este año la versión del Salón cuenta nuevamente con la participación de comunidades nativas amazónicas dedicadas a la producción del cacao, las cuales vienen fortaleciendo sus prácticas de cosecha y postcosecha encabezadas principalmente por la labor de las mujeres indígenas productoras. 

Entre ellas las de comunidad nativa Koribeni, quienes lograron alcanzar el segundo, quinto y décimo lugar en el Concurso de Cacao de Calidad y Chocolate Peruano, organizado por el Salón del Cacao y Chocolate 2023, con su emprendimiento agrario Maktu, dedicado a la producción orgánica y tradicional de chocolate 100% de cacao chuncho y distintas presentaciones en chocolate bitter 70% y chocolate con leche 60%. 

Esta comunidad indígena se ubica dentro de la Reserva Comunal Machiguenga, misma que agrupa a 15 comunidades nativas socias, situadas en el distrito de Echarate, en la provincia de La Convención, en el departamento de Cusco. 

Chocolate artesanal de cacao Maktu. Foto: Inforegión

Involucramiento y entusiasmo cacaotero

El último fin de semana, Inforegión visitó la exhibición del Salón y pudo conversar con una de sus representantes, Ubaldina Korinti Gonzáles, secretaria del ECA Maeni (Ejecutor del Contrato de Administración de la Reserva Comunal Machiguenga), coordinadora de Maktu y ganadora de la beca del Programa de lideresas de la Asociación Nacional de Ejecutores de Contrato de Administración de las Reservas Comunales del Perú (Anecap) 2022. 

Actualmente, la lideresa machiguenga trabaja en el crecimiento de la “Cadena del cacao en la comunidad de Koribeni”, propuesta autónoma y enfocada en la mejora de la producción de derivados de cacao en la comunidad, a fin de mejorar la calidad de vida de las productoras cacaoteras. 

«Maktu significa ‘Machinguenga, Koribeni, Tierra, Urubamba’. Trabajamos en manos de las mujeres. Nuestro trabajo en equipo es preservar y mantener la conservación de la naturaleza y bosques a través del involucramiento y entusiasmo de 12 mujeres. Para mí, el mayor logro que hemos conseguido es que está habiendo una conciencia y liderazgo como mujeres. Estamos visualizando que como mujeres sí podemos alcanzar metas», declaró Korinti Gonzáles.

El poder de la articulación

Desde noviembre del año pasado, Maktu recibe el apoyo técnico de Anecap, el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), la ONG Desarrollo Rural Sustentable (DRIS) y la organización sin fines de lucro Conservación Internacional (CI). 

Con dicha asistencia especializada, las integrantes de Maktu han accedido al incentivo económico que otorga Agroideas, el Programa de Compensaciones para la Competitividad a través del Ministerio de Agricultura y Riego (Midagri). 

Sobre ello, Korinti Gonzáles recalcó que es fundamental seguir reforzando la articulación entre los diversos organismos e instituciones para generar el crecimiento de esta propuesta técnica de cacao nativo y otras que el ECA Maeni impulse en sus comunidades socias. Dentro de estos objetivos la regulación del costo de las materias primas, y la importancia de potenciar la economía cacaotera sostenible sin dañar al medio ambiente son dos puntos fundamentales. 

«Ahora, estamos trabajando en lo que concierne a la reforestación y concientizando a que no debemos depredar para asegurar estos ingresos económicos y no tener la necesidad de depredar«, comentó la representante del ECA Maeni. 

Ubaldina Korinti Gonzáles, secretaria del ECA Maeni, y Yesica Mahuantiari Piñarreal, subjefa de la comunidad nativa Koribeni. Foto: Inforegión

«Para que sea sostenible tiene que haber materia prima. Tenemos que trabajar bastante en el tema de producción, cómo sacar los granos, buenos costos y así saber si estamos ganando o perdiendo. No todo es fácil, pero tampoco todo es difícil. Yo creo que nuestra principal ventaja es el potencial y el entusiasmo, porque nosotras no solo vendemos un producto; es cultura, rescate, género e historia», finalizó la coordinadora de Maktu.