La lucha que el ancestral pueblo amazónico maijuna emprendió en el 2004 para conservar su lengua, sus costumbres y sus bosques aún no termina. Esta semana, representantes de esta comunidad y de sus vecinos kichwas llegaron a Lima para hablar con el presidente de la República, Ollanta Humala. Buscaban que firmara el decreto supremo de creación del área de conservación regional (ACR) que los protegerá de los taladores, colonos y pescadores industriales.
Llegaron el jueves junto al presidente regional de Loreto, Fernando Meléndez, quien se sumó al pedido. Sin embargo, el mandatario no los pudo atender. Recién en horas de la noche, tras una larga espera, el jefe de la Oficina Nacional de Diálogo y Sostenibilidad de la Presidencia del Consejo de Ministros, Julio Rojas, les ofreció poner el tema en agenda en la próxima reunión del Gabinete Ministerial. Los pobladores le tomaron la palabra.
UN VIEJO PEDIDO
El reclamo de los maijunas y kichwas es histórico en el país. En el 2004, preocupados por la lenta desaparición de su cultura, deciden organizarse y plantear al Gobierno Regional de Loreto la creación de un ACR en sus 391 mil hectáreas de bosque.
Durante el proceso, el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp) hizo algunas observaciones. Una de ellas era la necesidad de pasar por un proceso de consulta previa, pese a que el pedido del ACR había nacido desde los nativos.
Varios años después, en el 2013, la primera consulta previa en el país fue la de ellos. Humala, en su discurso a la nación de ese año, dijo que era un hecho histórico. Con eso, la protección legal de estas tierras estaba a un paso de conseguirse.
Un año después, no hubo noticias. El presidente de la Federación de Comunidades Nativas Maijunas, Romero Ríos, señala que, en octubre del 2014, cursan una carta al mandatario. El despacho presidencial respondió en diciembre informando que el decreto supremo estaba listo para ser firmado.
“Ya son muchos años los que venimos esperando y nuestra única preocupación es el medio ambiente”, dice Ríos.
RIQUEZA NATURAL
En casi 400 mil hectáreas de bosque, en la provincia de Maynas (Loreto), viven unos 600 maijunas y 3.000 kichwas. Estas comunidades por décadas han padecido la explotación del caucho y de la madera.
Con esas agresiones, su ecosistema sufrió graves alteraciones: muchos animales desaparecieron y los jóvenes migraron por falta de recursos.
Richard Rubio, de los pueblos kichwas, dice que ahora ellos son los únicos guardianes de sus territorios, son los únicos que luchan contra los taladores, a quienes les han bloqueado los ríos para que ya no sigan llevándose su madera (El Comercio).