El narcotráfico sigue generando miedo y violencia a ambos lados de la frontera mexicano-estadounidense, especialmente en el estado de Tamaulipas (noreste de México), donde a comienzos de la semana asesinaron al candidato favorito a ganar la gobernación, a la vez que se supo la versión de un sicario que señala infiltración de las mafias en el consulado norteamericano en México.
El asesinato -el lunes último en una emboscada-del candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) Rodolfo Torre, y cuatro personas más, fue precedido en mayo por el de un candidato a alcalde y su hijo, militantes del Partido Acción Nacional (PAN), al que pertenece el presidente Felipe Calderón.
Estas muertes, atribuidas al crimen organizado y el narcotráfico, marcaron la campaña para unos comicios en los que este domingo se eligieron congresos en 14 estados, gobernadores en 12 de ellos, y alcaldes en unas 1,500 poblaciones.
Por otro lado, un sicario que trabajaba para el Cártel de Juárez reveló que una empleada del mayor consulado estadounidense en la frontera había ayudado a una banda rival a obtener visas estadounidenses y que por eso ordenó su muerte.
La versión fue negada de manera categórica por un funcionario estadounidense, que sostuvo que el motivo del asesinato seguía siendo un misterio, aunque fuentes policiales no descartaron un ajuste de cuentas.
En el crimen también falleció un alguacil de prisiones de Estados Unidos, precisamente de una cárcel ubicada cerca a la frontera con México donde purgan carcelería numerosos miembros de las bandas de narcotraficantes que operan en la zona.