Madre de programa JUNTOS enfrenta la pobreza vendiendo granadilla y aguaymanto

Con inocultable orgullo, Vilma Tarazona Castañeda, usuaria del programa JUNTOS, del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS), muestra sobre sus manos unas apetitosas granadillas recogidas en la última cosecha que ha hecho en su chacra de Huaylla, una pequeña localidad situada a un costado del río Huallaga, en el distrito de Ambo, a 30 minutos de Huánuco.

“Tengo 400 plantones de granadilla en mi chacra. Ahora estoy cosechando cuatro cajones de granadilla cada quince días y los envío a Lima para que las vendan. Cada cajón cuesta 50 nuevos soles. Está comenzando a irme bien y más adelante la cantidad de frutas aumentará”, dice

Madre de cinco hijos, Tarazona Castañeda vende sus productos en el Mercado de Frutas de Lima. Hoy recuerda que su prosperidad comenzó hace algunos años, cuando le pidió dos plantones de granadilla a una señora que vive en las alturas de Huaylla. Los primeros frutos le demostraron que la granadilla es una fruta muy dulce. Entonces decidió comprar más plantones utilizando parte del dinero que recibe cada dos meses de JUNTOS.

Su entusiasmo contagió a su familia y pronto el cultivo de granadilla se convirtió en un emprendimiento familiar. Con el apoyo de todos pero sobre todo de su hijo mayor, Vilma habilitó la chacra que tiene alrededor de su casa. No tenía apoyo técnico pero su familia tenía mucha experiencia cultivando la tierra.

“Así empezamos y ahora estamos ganando 500 nuevos soles en promedio”, afirma. Pero Vilma no solo se dedica al cultivo de la granadilla. También ha incursionado en el cultivo del aguaymanto, destinando otro sector de su chacra para su cultivo.

“Es un producto que comienza a tener mucha demanda en el mercado. Espero que me vaya bien. Confío que así será. Y si no es así, igual entro a otro negocio”, sostiene.