Frente a las agresiones contra el guardaparque Lucio Cahuapaza, organizaciones indígenas de Madre de Dios emitieron un pronunciamiento para demandar garantías de protección para los defensores ambientales, así como para exigir respeto a la Reserva Comunal Amarakaeri (RCA).
Mediante un comunicado, los pobladores de Barranco Chico, la Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes (Fenamad), el Ejecutor del Contrato de Administración de la Reserva Comunal Amarakaeri (ECA RCA) y el Consejo Harakbut, Yine y Matsiguenka (Coharyima) condenan este acto de violencia.
Además, alertan que la Reserva Comunal Amarakaeri se ha convertido en un espacio de conflictos socioambientales debido a la minería aurífera, a la extracción de madera y a la construcción de carreteras no planificadas.
Estos delitos acechan a la reserva natural, por eso, las organizaciones indígenas implementaron una estrategia de control a través de vigilantes comunales y guardaparques oficiales del Sernanp que alerta la presencia de estas actividades.
La medida de control ha provocado que los defensores ambientales vivan al filo de la muerte debido a las constantes amenazas que reciben por parte de criminales.
Por eso, las organizaciones indígenas exigieron garantías de protección para los vigilantes comunales y guardaparques.
También solicitaron a las autoridades que apliquen una sanción inmediata contra Alex Roca y Margarita Cuyo, quienes atacaron al guardaparque Cahuapaza y a dos vigilantes comunales.
El pronunciamiento también revela que la agresión ocurrida el 16 de junio no es un caso aislado, porque casi a diario los líderes indígenas reciben amenazas por proteger los bosques y los ríos.
Para revertir esta ola de violencia contra los defensores ambientales, las organizaciones piden al Congreso ratificar el Acuerdo de Escazú.
Asimismo, solicitaron a la ciudadanía repudiar estos actos de violencia y denunciar las actividades ilegales que ponen en peligro a la biodiversidad y a los pueblos indígenas.
El comunicado finaliza informando que las organizaciones indígenas de Madre de Dios rechazan la construcción del corredor minero, porque éste no fue consultado con las comunidades nativas.
Además, señalan que este corredor incentiva la deforestación y afecta a los pueblos indígenas en aislamiento y contacto inicial (PIACI) que voluntariamente está en aislamiento.
Fuente: Servindi