MADRE DE DIOS. Es el día central de la fiesta de carnaval en las comunidades nativas de la región Madre de Dios “y la fiesta del tradicional carnaval se celebra en la comunidad nativa de San Jacinto. Los invitados llegan de todas las comunidades y caseríos vecinos para festejar el carnaval, la tradicional tumba de la Unsha, y beber masato”, afirma Alfredo Vargas Pios, quien es un un comunero de San Jacinto.
En el centro del campo de futbol, que queda al frente de las viviendas de la comunidad, se ha plantado desde horas tempranas un árbol que ha sido adornado con globos y al que se le ha colocado regalos, ollas, platos, bandejas, hasta herramientas de trabajo. También hay regalos sorpresas, ya que, en algunos de los regalos se han colocado dinero en efectivo. Es por ello que grandes y chicos esperan con alegría este día, el de la tumba de la Unsha.
Son las 5 de la tarde y todos se acercan al árbol de la Unsha para bailar al compás de la orquesta local, cuyos músicos y cantantes también son comuneros de San Jacinto. La orquesta toca interpreta el tradicional Carnaval de los Fenders de Domingo Pastor y en la pista una dama sirve el masato, la tradicional bebida de yuca de las comunidades nativas amazónicas.
Los hombres toman de la mano a sus esposas y bailan en comparsa alrededor del árbol. Los jóvenes van de la mano de las solteras, y los niños también bailan detrás de sus padres. Todo es un jolgorio de música, mistura, colores, pintura y abundante bebida de masato. Mientras danzan alrededor del árbol, cada pareja da un golpe de hacha al árbol para hacerlo caer. A quien le toque la oportunidad de tumbarlo, instalará otro en el próximo carnaval, como es tradición en la comunidad nativa de San Jacinto.
El año pasado Abel Flores y esposa tumbaron el árbol de la Unsha, y este año han preparado el árbol, que adornaron con regalos, premios sorpresas, globos de colores y mistura. Y este año quien tumbó el árbol fue Pedro Vargas y esposa. Así que el próximo año instalarán el árbol de la Unsha. Este compromiso, bajo la palabra de comunero, no se firma, no se registra. Solo se compromete y se cumple. Luego la fiesta continua en el salón comunal, donde se bebe masato, se danza y la orquesta toca hasta altas horas de la noche.
La comunidad nativa de San Jacinto se ubica a orillas del rio Madre de Dios, a 30 minutos en camioneta por la carretera Puerto Maldonado a Chorrillos, Tres Islas. Y desde el Puerto de Tres Islas, a 15 minutos en bote a motor, se llega a la comunidad. San Jacinto se creó en 1994 con las familias Valles, Vargas, Virisuma, Jipa, que son las pioneras que fundaron la comunidad y le pusieron como nombre, comunidad Nativa de San Jacinto.
Los comuneros son de la etnia Shipibo. Sus abuelos fueron traídos desde la selva del Ucayali en la época de la explotación del caucho. Las pocas familias que quedaron, de esas épocas de la explotación, se instalaron en esta parte, donde ahora cultivan arroz, yuca, maíz, plátanos y se dedican a la extracción de la castaña, la caza, la pesca, y también algunos a la minería. Su territorio tiene atractivos turísticos, como lagos, aguajales, trochas para la extracción de la castaña y un mirador turístico, desde donde se contempla la belleza paisajística de la Amazonía y el rio Madre de Dios.
«Nuestra comunidad tiene una gran riqueza turística, por eso hemos construido este mirador turístico, tenemos bungalows, albergues para hospedarse, preparamos comidas típicas, con la tradicional costumbre de nuestros ancestros, podemos ir a la pesca, visitar las trochas de castaña, nuestras colpas, y lagos, esto para los visitantes y turistas”, afirmó Alfredo Vargas Pio, comunero de San Jacinto.