Machu Picchu es el mejor destino ecológico de Sudamérica

El santuario ecológico de Machu Picchu acaba de recibir un nuevo galardón, esta vez de parte de The World Travel Awards, que ha considerado por segundo año consecutivo a la ciudadela arqueológica del Perú como el “Mejor destino ecológico de Sudamérica”.

Esta institución reconoce y celebra la excelencia en todos los sectores de la industria turística y de viajes en todo el mundo, y según el diario The Wall Street Journal, las nominaciones del mundo turístico son equivalentes a los premios Oscar de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas.

Machu Picchu, administrado por el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP), presenta una ecología sumamente diversa y compleja, a pesar de significar en extensión solo el 0.025% del total del territorio peruano, siendo zona de refugio da alrededor del 10% de la biodiversidad de todo el país.

Sus zonas de vida, sus bancos genéticos, ecosistemas y su impresionante diversidad de flora y fauna silvestre, se encuentran entre las mayores de Sudamérica y del mundo.

Diversidad de flora y fauna

Estudios a los que tuvo acceso INFOREGION dan cuenta que el santuario presenta hasta nueve zonas de vida, las cuales se encuentran distribuidas entre bosques húmedos, muy húmedos-montanos bajos y subalpinos subtropicales, hasta páramos, tundras y niveles subtropicales, todos ellos a diferentes alturas que se inician desde los 1.800 metros sobre el nivel del mar (msnm) y llegan hasta más de los 4.600.

Estas enormes variaciones de alturas desde los bosques secos montano bajos, a orillas del valle, hasta el nivel en las cumbres de la cordillera, además de una singular topografía y las cejas de selva, dan origen a una gran diversidad de flora y fauna silvestres.

Todo este ecosistema precisamente es el que hace de Machu Picchu un lugar ecológico muy importante y especial, debidamente cuidado por personal especializado del SERNANP.

En Machu Picchu, las variadas condiciones medioambientales han generado una flora particularmente muy diversa cubriéndose una enorme gama que va desde cerrados bosques hasta ralas cumbres de montaña. Por ello, esta ciudadela inca ha sido calificada como el paraíso de los botánicos.

Paraíso botánico

Los bosques de neblina que cubren las laderas y montañas refugian muchas especies taxonómicas, entre las que destacan orquídeas ligadas a antiguas leyendas incas –más de 30 géneros y 200 especies–, así como bromelias y helechos arborescentes y una gran diversidad de árboles –entre 50 y 90 especies por hectárea– tales como cedro, romerillo o intimpa, laurel y otras especies como ocotea, pedocarpus, guarea, wienmania, entre otras.

En el año 1981, Machu Picchu fue establecida legalmente como Área Protegida en la categoría de Santuario Histórico. Esta nominación ha generado una gran recuperación de la fauna silvestre en muchas áreas de la zona.

Durante las expediciones de Hiram Bingham en 1911, el naturalista Harry Ward determinó la existencia de unas 200 especies, pero posteriores estudios han descubierto casi 900, entre ellas, unas 50 de mamíferos, 400 aves, 400 insectos, 30 entre reptiles y anfibios, y una decena de peces, como osos de anteojos, venado enano, sachacabra, cebúes y pumas, zorro andino, gato montés, además de especies raras como Procyon Cancrivorus, Felis Jocobita, Mazama Chunyi, entre otros.

Asimismo, muchas bellísimas aves como el gallito andino de las rocas –tunqui en quechua–, el ave nacional del Perú y asociada a Machu Picchu; la pava del Monte; el pato de los Torrentes, única ave en el mundo con gran habilidad de nadar y bucear; el pájaro encapotado; el colibrí gigante, el más grande del mundo; el cola verde; y el trogón enmascarado.

También aves milenarias como el famoso cóndor andino que aparece sobre las ruinas de Machu Picchu así como en los puntos más altos de los Caminos Inca; puede volar cientos de kilómetros y permanecer horas sobrevolando entre los valles o laderas buscando su alimento.

Es característica ecológica especial de Machu Picchu su paisaje y belleza natural con sus nubosos bosques y su cielo azulino, sus montañas y valles que lo rodean, donde se puede distinguir claramente los más de cinco pisos ecológicos con sus microclimas, y éstos a su vez, en particular armonía con una impresionante diversidad de flora y fauna silvestre.