La directora ejecutiva de la Dirección Ejecutiva de Prevención y Control de Enfermedades Metaxénicas y Zoonosis del Ministerio de Salud, Karim Pardo Ruiz, señala que es clave que a los primeros síntomas de dengue se acuda al centro de salud más cercano y la persona sea hidratada. “Si el paciente llega temprano, el pronóstico es bueno. Pero si llega tarde, el pronóstico es complicado y se puede llegar a la UCI. Pero si lo retenemos, pronto la enfermedad podrá ser controlada”, resaltó.
Los síntomas, según Pardo Ruiz, son en su mayoría dolor de cabeza, fiebre, dolor detrás de los ojos, en las articulaciones musculares y/o sarpullido. Las personas afectadas deben, entonces, empezar a tomar agua o cualquier otro líquido y acudir al centro de salud más cercano para que se le pueda atender y así reciba las atenciones pertinentes.
Otro aspecto que consideró la especialista de gran importancia es estar alertas a los signos de alarma. Estos aparecen al quinto día, más o menos, cuando los pacientes dejan de tener fiebre, pero empiezan a tener sangrado y dolor estomacal intenso y sostenido. También pueden presentar náuseas, vómitos y decaimiento o estar somnolientos. “Son signos de que el paciente se está agravando y debe ser hospitalizado inmediatamente”, resalta la funcionaria.
En tanto, Eduardo Gotuzzo, profesor emérito de la Universidad Cayetano Heredia de Lima, exdirector del Instituto de Medicina Tropical de esa institución y médico en la Clínica Delgado, coincidió con la especialista del Minsa.
“Los pacientes bien manejados en los hospitales, correctamente hidratados y monitoreados, es raro que fallezcan. Las propensas a morir son las personas mayores que no se controlan bien y llegan con insuficiencia renal o afecciones pulmonares, lo cual complica el problema. También las niñas y niños malnutridos que llegan demasiado tarde, por ejemplo”, explicó.
Sostiene que en la sierra alta del Perú, de 3000 metros sobre el nivel del mar en adelante, no hay dengue porque “los mosquitos no sobreviven ni tienen la capacidad de ir a sitios tan altos”. Sin embargo, añade que en los valles andinos sí existe esa opción, pero que la zona con las áreas más severas se da en la Amazonía.
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Por otro lado, Pardo Ruiz, anotó que “puede ocurrir en cualquier lugar del país, porque todos nos movilizamos”. En relación a ello, explica que “alguien de la selva puede venir a la costa y a pesar de que podamos tener zonas donde no haya casos autóctonos, todos nuestros hospitales podrán recibir a los pacientes para que sean atendidos inmediatamente”.
En ese sentido, la alerta epidemiológica 003 de este año es para que todos los establecimientos de salud a nivel nacional estén listos para recibir pacientes con dengue o con posible diagnóstico de la enfermedad. Aclaró que no se transmite por vía respiratoria, al toser o con un apretón de manos, pues se transmite de la persona enferma que es picada por el zancudo que a su vez pica a un persona sana. Sin el zancudo no tendremos transmisión, afirmó Pardo Ruiz. Agregó que “lo bueno es que tenemos centros de salud de contención preparados para recibir pacientes sobre todo sin signos de alarma. Ellos evalúan a quienes derivan al hospital”.
Sobre las medidas que ha tomado el Minsa al respecto, Pardo Ruiz sostuvo que se dará atención preferencial a los pacientes que tengan fiebre que podría ser dengue. Para ello se han aperturado triajes diferenciados. Además, detalló que se trabaja con cercos epidemiológicos (dando vigilancia sanitaria a las personas que han tenido contacto con una persona contagiada o están expuestas al virus).
El cerco epidemiológico dura hasta identificar la presencia del zancudo y los casos de fiebre en la población. Este trata de cortar la transmisión, no solamente por la detección de pacientes, sino por buscar al zancudo que está dentro de ese perímetro en cualquiera de sus fases, ya sea huevo, larva pupa o zancudo adulto. “Eliminamos las larvas con un larvicida que usan las brigadas que pasan por las casas”, precisó respecto al control vectorial.
Como parte de la labor preventiva con la población, la especialista mencionó que se aprovechan las visitas para dar charlas educativas a las familias, revisar los envases que tienen, empezar a educarles en el tratamiento adecuado a los envases que posean al momento de juntar agua, etc. Finalmente, resaltó la importancia de no automedicarse.