La Universidad de Ciencias Aplicadas organiza cada año un concurso llamado Protagonistas del Cambio. De todo el país reciben información sobre proyectos que son imaginados por jóvenes emprendedores.
Una muchacha quiere recoger las bolsas brillantes que arrojadas a los ríos de la selva siembran de muerte el hábitat de miles de seres: con esa basura ella hace bolsos y ropa.
Otra muchacha tiene la convicción de que sembrando bibliotecas podremos darle una oportunidad a millones de niños de ser capaces de salir de la pobreza.
Una cusqueña tomó conciencia de que quizá los hongos que su comunidad tiraba al río a lo mejor eran comestibles. Lo que descubrió comenzó a generar riqueza en su pueblo.
Una cosmiatra que está educándose para ser arquitecta descubre una forma de convertir botellas de plástico en ladrillos, con un precio muy inferior al tradicional y que además descontaminaría los mares.
Un joven y sus caballos ayudan a niños con discapacidad a que descubran que otro mundo de personas que no los excluyen, existe.
Una joven en Cajamarca recoge perros callejeros, atropellados, enfermos, y con ellos sensibiliza a los niños para que los traten bien.
La Universidad de Ciencias Aplicadas organiza cada año un concurso llamado Protagonistas del Cambio. De todo el país, reciben información sobre estos proyectos que son imaginados, gestionados y liderados por jóvenes menores de treinta años. Teresa Boullón, directora de Recreo y creadora del movimiento Un millón de niños lectores, participó en una especie de retiro laico con otras diecinueve muchachas y muchachos donde fueron entrenados en presentaciones de gran impacto.
Pero lo más importante que podría suceder, no es ganar los siete mil soles que dotará el premio a varios de ellos, sino la sinergia que podría generarse al enlazar a todos estos emprendedores sociales.
Muchas de estas actividades parten de intuiciones respecto a lo que hay que hacer para enfrentar un problema social: la contaminación, la ausencia de hábitos lectores que reducen la posibilidades de desarrollo de una persona, el trato que debemos darnos a nosotros mismos en relación al mundo de animales domésticos que no tienen la culpa de vivir en condiciones tan precarias, la conciencia que debemos tener respecto a la vida que sufrimos si tenemos alguna incapacidad.
Todos estos proyectos se ejecutan, generan su propia dinámica económica, de muchas maneras se sostienen: no todos son eficientes en la parte administrativa, no consiguen siempre los fondos, les cuesta mucho hacerse conocidos, pero hay un empuje vital que podría derivar en una desarrollada habilidad para ocuparse, por ejemplo, desde las instituciones del Estado, en la solución de los problemas que afectan a la comunidad.
Los peruanos vivimos durante muchos años un juego “político” que se ejecuta desde clubs de postulantes que toman el poder con fines muy poco alineados a los intereses de ciudadanos y que generalmente no incluyen a personas como estas cuyos fines sociales se ponen en evidencia en cada uno de sus emprendimientos.
Sería genial contactarlos, seguirlos, incorporarlos, gente que crea riqueza con su pura imaginación, capital humano en acción.
SUS TAREAS
Ivonne Bocanegra, de Iquitos. Promueve la cultura del reciclaje. La basura da una oportunidad para generar riqueza y quiere que la gente lo sepa. Trasforma las envolturas de galletas o de cigarrillos en hermosos vestidos, carteras y murales.
Rafael Fernández, Arequipa. Ong APHIPAC, brinda oportunidades de inclusión social a niños y madres de bajos recursos brindando rehabilitación a pacientes con discapacidad teniendo como equipo principal de médicos a los caballos.
Fabiola García, de Cajamarca. Ayudan a los animales en estado de abandono, maltrato y les consiguen familias responsables que los adoptan.
Yaneth Soto Maita. Cusco. Ella quería erradicar la desnutrición crónica de los niños de su pueblo a través de enseñarle a sus vecinos a cosechar y cocinar hongos de pino con valor agregado que empezaba en comerlos sin gusanito, lo que ella no se imaginó es que sería tan exitosa su idea que ha generado que las comunidades campesinas de los distritos de Lares y Ocongate hoy los comercialicen, hayan crecido económicamente y hasta están pensado en exportar a otros países.
Teresa Boullón y las bibliotecas de Un millón de niños lectores, de ReCreo.
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