Para la Policía, la prosperidad económica del empresario Alex Gutiérrez Mantari y su familia no tendría otra explicación que los vínculos con el narcotráfico y el terrorismo y hasta serían socios de los cabecillas terroristas del valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), los hermanos Quispe Palomino.
Siempre de acuerdo a la Policía, por el número de empresas que tiene la familia Gutiérrez, la denuncia de lavado de activos estaría comprobada. Se trata de una familia de prósperos empresarios iqueños algunos de los cuáles han sido detenidos y podrían purgar una condena de 25 años de cárcel mientras que los que están libres permanecen en la clandestinidad.
Por su parte, Rubén Palomino, abogado de la familia Gutiérrez, atribuye estas acusaciones al intento de tener una cortina de humo para cubrir el fracaso del entonces ministro del Interior, Daniel Lozada, en el rescate de los trabajadores secuestrados de Camisea.