Los discursos forestales y su influencia en la construcción de sociedades sustentables

En el sector forestal peruano existen muchas posiciones encontradas pues cada uno de los actores involucrados tiene su propia valoración acorde con su perspectiva. Así hemos podido identificar, entre otros, los siguientes dilemas:

  • Producción – Conservación.
  • Forestería social – Forestería productiva.
  • Promoción – Control.
  • Plantaciones – Bosques naturales.
  • Bienes (productos forestales) – Servicios ecosistémicos.

Existen muchas razones por las cuales cada actor se encierra en su propia posición y considera la suya como la mejor. Entre otros factores podemos nombrar: formación, información, conocimiento, experiencia, historia, paradigmas, creencias, valores, ideologías, imaginarios, representaciones sociales.

Como podemos apreciar no solo hay razones de tipo cognitivo sino también profundamente emocionales y no cabe duda que la cultura desempeña un rol fundamental en la configuración de posiciones (discursos, narrativas) y prácticas.

Esta constatación nos lleva a reconocer los tipos de pensamientos de las personas. Según una reciente publicación del Banco Mundial (2015) las personas tienen tres tipos de pensamiento: i) automático, ii) deliberativo, y iii) pensamiento basado en modelos mentales. Este último se verifica

cuando los individuos de una sociedad determinada comparten una perspectiva común sobre el mundo que los rodea y sobre sí mismos. Ello se explica porque cuando los individuos piensan, en general no emplean conceptos inventados por ellos mismos. Utilizan conceptos, categorías, identidades, prototipos, estereotipos, argumentos causales y cosmovisiones extraídas de sus comunidades”.

Sabemos que las posiciones (discursos, narrativas) no son sino manifestaciones de sentimientos/emociones y creencias. La raíz de muchos discursos entonces la podemos encontrar en la manera cómo cada actor concibe el mundo, es así como podemos encontrar diferentes tipos de culto como por ejemplo el culto al mercado, el culto a la naturaleza, el culto a la tecnología, el culto al ser humano. Cada uno está sustentando y justificando la validez de su discurso a partir de sus creencias más profundas. Ello explica por qué algunos piensan que todo gira en función a la economía y que todo lo demás es secundario, accesorio, periférico o incluso hasta subordinado. Lo mismo es válido para las otras posiciones.

Con relación al culto al mercado hay que señalar que aún al interior del mundo han surgido nuevas corrientes de pensamiento que dan cuenta que la forma convencional de practicar la economía ha mostrado sus límites. Citemos por ejemplo el caso de la Economía de la Felicidad que adopta una concepción subjetiva del bienestar individual que se aparta radicalmente de la tradición objetivista reinante en Economía, tanto en la vertiente utilitarista neoclásica como en el enfoque de capacidades (Nussbaum and Sen 1993; citado por Días, 2013).

Incluso las perspectivas aparentemente renovadas y transformadoras como la “economía verde” han sido cuestionadas. Como señalan Honty y Gudynas (2014):

“… La “economía verde” es parte de un grupo de alternativas que se enfocan en reformar las estrategias de desarrollo, sea por medio de ajustes o cambios dentro del capitalismo, manteniendo algunos de sus elementos centrales, tales como la necesidad de crecer económicamente o la mercantilización de la Naturaleza. Postula soluciones tales como reconocer elementos y procesos de la Naturaleza como bienes y servicios que se pueden comprar y vender en el mercado. El cambio climático se atacaría, a su juicio, introduciendo nuevas señales de precios o generando ingresos económicos por esas nuevas mercaderías. Pero el problema es que en todas ellas persiste la cultura e ideología del progreso, aunque se modifican las formas de llevar las estrategias a la práctica”.

En el mundo del desarrollo se están debatiendo respecto a

“… cuáles debieran ser los fines últimos o el horizonte de la vida social e individual y la conversación se ha focalizado en la necesidad de superar la idea del crecimiento económico (PIB) como objetivo central y privilegiar en cambio aspectos de un orden más cualitativo, como el aumento de la calidad de vida de la población como fin del desarrollo, esto es reconocer la importancia del bienestar subjetivo. El bienestar subjetivo es el estado de las personas que tienen una evaluación positiva de sí mismas (se sienten satisfechas con sus propias vidas) y de la sociedad en que viven (se sienten satisfechas con las condiciones que la sociedad les provee para lograr sus objetivos), es decir, cuando es posible compatibilizar subjetividad y sociedad” (Castillo y Contreras, 2014).

Como podemos apreciar muchas posiciones consideradas “correctas” no son tan estáticas y menos acabadas. Como señala Morín (1999): i) Debemos abrirnos a nuevas ideas, en conjunto, y no aferrarnos a creer ciegamente en las ideas aceptadas o antiguas, y ii) Debemos desarrollar la inteligencia general para resolver problemas usando el conocimiento de una manera multidimensional, tomando en cuenta la complejidad, el contexto y con una percepción global.

Por ello, antes que mantenerse en posiciones contradictorias lo importante es asumir perspectivas dialogantes, integradoras y sinérgicas. Ello invita a darle real peso al diálogo deliberativo y diálogo generador para alcanzar el diálogo transformador. Nuestro planeta tiene límites y existe responsabilidad generacional para con ella. Desde el sector forestal tenemos la oportunidad de contribuir a la construcción de sociedades sustentables o caer en pensamiento dogmático para que en nombre del progreso llamemos manejo forestal a algo que no califica como buen manejo forestal.

Bibliografía revisada:

– Banco Mundial (2015), Informe sobre el desarrollo mundial 2015: Mente, sociedad y conducta, cuadernillo del “Panorama general”, Banco Mundial, Washington DC. Licencia: Creative Commons de Reconocimiento CC BY 3.0 IGO.

– Castillo,  Jorge y Contreras,  Daniel. 2014. EL PAPEL DE LA EDUCACION EN LA FORMACIÓN DEL BIENESTAR SUBJETIVO PARA EL DESARROLLO HUMANO. UNA REVISIÓN AL CASO CHILENO. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD/ Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF. Santiago de Chile, 60 p.

– Días, Joaquín (2013) “La Economía de la Felicidad en América Latina”. Serie Documentos de Trabajo, DT 14/2013. Instituto de Economía, Facultad de Ciencias Económicas y Administración, Universidad de la República, Uruguay

– Honty, Gerardo y Gudynas, Eduardo. 2014. Cambio climático y transiciones al buen vivir. Alternativas al desarrollo para un clima seguro. Centro Latinoamericano de Ecologia Social (CLAES)/ Red Peruana por una Globalización con Equidad (RedGE. Lima, 60 p.

– Morín, Edgar. 1999. Los 7 saberes necesarios para la educación del futuro. UNESCO. París, 71 p.

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