En la calurosa Pucallpa nadie espera lluvias torrenciales en setiembre. Lo habitual es que estas lleguen a fines de diciembre o enero, no antes. Este año, sin embargo, las lluvias comenzaron tres meses antes. El agua canceló vuelos, paralizó la ciudad e inundó las zonas más pobres. Y en esos charcos las larvas del Aedes aegypti, el mosquito que transmite el virus del dengue, se multiplicaron silenciosamente.
La primera semana de octubre la unidad de epidemiología de Ucayali reportó 29 personas infectadas, cuatro veces más que tres semanas antes. Los primeros días de noviembre el número de casos ya superaba los 200 y dos semanas más tarde alcanzó los 772 nuevos pacientes. La epidemia parecía incontrolable.
¿Qué había pasado con el sistema de vigilancia epidemiológico, ese que monitorea al detalle los nuevos casos y controla la presencia de larvas del mosquito en la ciudad para advertir brotes epidémicos? ¿Había funcionado? Todo indica que no.
En los últimos 5 años los casos de dengue en el Perú se han triplicado. “Cada vez el vector se adapta más rápido al ambiente y surgen más distritos con la presencia de este mosquito. Ahora está en 16 regiones y 240 distritos”, dice el médico Martín Clendenes, coordinador de la Estrategia Nacional de Enfermedades Metaxénicas (entre ellas, el dengue).
Sin una adecuada vigilancia epidemiológica, el riesgo es que esta enfermedad continúe avanzando. “En Lima todavía no existe el dengue tipo 2 (el más peligroso), pero existe el peligro de que aparezca”, advierte Clendenes. Hace pocos años, un control encontró larvas de dengue en las piscinas de las casas de la capital.
VIGILANCIA
Hay dos formas de vigilar el dengue. Las unidades de epidemiología de las regiones tienen la obligación de reportar la presencia de cada nuevo caso que aparece y, paralelamente, vigilan la presencia de las larvas del mosquito vector en las casas. Si los casos comienzan a crecer o si el porcentaje de hogares con presencia de estas larvas supera el 2%, las autoridades entienden que un brote epidémico puede estar cerca.
Diversas autoridades y médicos consultados por El Comercio confirmaron que en Pucallpa el sistema de vigilancia no funcionó adecuadamente.
–¿Hubo algún problema en la vigilancia y monitoreo del dengue en la región?, le preguntamos al director regional de salud de Ucayali, Ángel Gutiérrez.
– Es un tema que después será evaluado. Se ha hecho un trabajo, pero no ha tenido impacto. Hay dificultades con este tema. Y es que este trabajo no solo tiene que ver con los recursos humanos sino también con financiamiento, reconoce el funcionario.
Los reportes epidemiológicos de Ucayali presentan vacíos. La información debe registrarse todas las semanas, pero un documento del Minsa muestra que en la semana número 21 (mayo) el sistema de vigilancia de Ucayali se reportó “en huelga”.
El presidente de la Sociedad Peruana de Enfermedades Infecciosas y Tropicales, Eduardo Ticona, sostiene que ninguna unidad de epidemiología debe detenerse por una huelga. “No hay justificación”, recalca. Por su parte, César Amaro, director de la asociación Pro-Vida explica: “Si se apaga el sistema de vigilancia es como si se apagara el sistema nervioso de una persona”.
“Parece que en Pucallpa el índice aédico [presencia de larvas en hogares] no ha sido muy vigilado porque aparentemente a nivel local sus índices estaban bajos, pero al examinar la epidemia se han percatado de que el índice estaba por encima de lo normal”, dice Ticona.
PRESUPUESTO
Lo ocurrido en Ucayali, explica Amaro, pone en evidencia los serios problemas de vigilancia que se presentan en las regiones. Y muestra también la poca capacidad de gasto en salud: hay presupuesto, pero se ejecuta poco.
Según el portal del Ministerio de Economía, de los 643.692 soles que la región Ucayali tenía para el “Monitoreo, Supervisión, Evaluación y control de enfermedades metaxenicas [entre ellas el dengue]”, hasta el último viernes, solo se había ejecutado el 8,3%.
Sobre el tema, el director regional de salud señala que esa información no está actualizada. “Estamos en emergencia y en las últimas semanas se han hecho varias compras que aún no se han registrado”, dijo.
El poco gasto se repite en otros rubros. De los 2’822.882 soles presupuestados para la promoción “de viviendas protegidas de los riesgos de enfermedades metaxénicas”, solo se ha ejecutado hasta ahora el 57,5%.