LORETO. Hace más de 25 años, la Asociación de Manejo de Bosques Naturales Esperanza comenzó a trabajar en la conservación de los bosques de aguaje y bosques mixtos de otras palmeras. Estos frutos crecen en la Reserva Nacional Pacaya Samiria, ubicada en la zona de Ucamara, donde se da la confluencia de los grandes ríos Ucayali y Marañón.
Área que alberga más de 1025 especies de vertebrados, lo que representa un 27% de la diversidad de estas especies en el Perú y el 36% del total registrado para la Amazonía. Así como 965 especies de plantas silvestres y 59 de plantas cultivadas, las cuales representan un gran valor para la diversidad biológica del país.
La Asociación de Manejo de Bosques Naturales Esperanza está integrada por miembros de la comunidad nativa Parinari, perteneciente al pueblo indígena Kukama Kukamiria. Además, está representada a través de la Organización de Pueblos Indígenas del Oriente (Orpio), con el apoyo del Programa Economía Indígena de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), el cual busca fortalecer las economías indígenas tradicionales.
Jóvenes en pro de la conservación del aguaje
Hoy en día, la asociación trabaja en la producción del aguaje, por medio de la elaboración del aceite que se llega a obtener de esta palmera, con una visión sostenible e inclusiva de la Amazonía. Entre sus socias se encuentra Maritza Astrid Flores Córdova, profesional técnica agropecuaria de 27 años y encargada a nivel regional de las ventas de la asociación, quien conversó con Inforegión para hablar acerca de la labor que realizan.
“El emprendimiento surge a través de las necesidades. Dentro de los procesos de la producción de aceite de aguaje trabaja la comunidad completa. Son más de 200 familias, cada una trabajando en rubros diferentes, de las cuales 48 se desempeñan en la producción del aceite de aguaje”, señaló.
Actualmente, su línea de productos de aceite de aguaje cuentan con el sello distintivo del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), llamado “Aliados por la Conservación”. Ellos acreditan que los productos y servicios que ofrece esta organización se obtienen bajo el cumplimiento de compromisos ambientales.
“Para nosotros es un logro tener en nuestros productos el sello del Sernanp, es más que valioso, porque nos ayuda a entrar al mercado nacional y a través de productos que sabes que protegen y cuidan las áreas de su comunidad y fuera de ella”, comentó Flores.
Concientizar: el reto más difícil
Dentro de la Asociación de Manejo de Bosques Naturales Esperanza los jóvenes cumplen un rol muy importante. Pues, la productora de aguaje afirma que estos se involucran tanto en la cosecha y los procesos de producción del aceite.
“Lo más retador para ellos es tratar de concientizar a la comunidad sobre los beneficios que nos trae este trabajo y la ayuda que significa para las familias, estudios de sus hijos y su sustento familiar”, mencionó.
En ese sentido, Flores remarcó que es necesario fortalecerlos por medio de capacitaciones para incluir a más miembros de la comunidad nativa en el negocio sostenible. Por otro lado, afirmó que es vital seguir ampliando su espacio en el mercado a fin de incrementar las ganancias.
“Yo considero que una de las capacitaciones técnicas que necesitamos es en el tema de ventas y así atraer a más clientes. Lo que me apasiona es ver el entusiasmo de mis papás y mis tíos al ver que tienen un producto que estamos conservando y apoyando a las demás familias. No solamente el beneficio es para uno, es para muchas personas y eso vale más que otras cosas que se puedan anhelar en el tema de los negocios”, concluyó.