Lo que debe saber el futuro Presidente del Perú sobre nuestros Bosques

La Primera. El próximo año tendremos un nuevo Presidente y es importante que no sólo sepa que el próximo año será el Año Internacional de los Bosques, que nuestra Amazonía es el cuarto bosque húmedo tropical del mundo, que una parte importante de nuestra biodiversidad se encuentra en los bosques, y que el TLC con Estados Unidos tiene un Anexo Forestal que debemos cumplir. También es importante que conozca la realidad y oportunidad de nuestros bosques.

Lo primero que debe saber es que no sólo hay bosques en la Amazonía sino que también hay importantes y valiosos bosques y ecosistemas forestales en nuestra costa y en nuestros Andes. Estos no están vacíos ni abandonados. Todos nuestros bosques siempre han formado parte de la vida de nuestros pueblos indígenas y en las últimas décadas también de millones que han migrado hacia ellos buscando oportunidades para vivir.

Por ello es indispensable que respete los derechos de todos estos peruanos y logre incorporarlos en la definición e implementación de la política nacional forestal.

Ello no va ser fácil, porque (y esto es lo segundo que debe saber) llevamos tres años de caos e incertidumbre exacerbada por malas decisiones. El 2008 se pretendió imponer una Ley Forestal que tuvo que ser derogada el 2009 y desde entonces existen esfuerzos por remediar esa situación, pero se sigue sin comprender completamente la importancia de la participación efectiva y la consulta a los pueblos indígenas.

En ese sentido, será necesario que el futuro Presidente recupere la confianza de los actores forestales y genere un nuevo pacto forestal nacional. Esto tendrá que hacerlo junto a los Gobiernos Regionales que son quienes tendrán a su cargo la mayor parte de los bosques del país, por ello deberá enfocarse en apoyarlos y desarrollar una estrecha y efectiva coordinación con ellos.

También, debe saber que la principal amenaza contra los bosques son nuestras propias políticas de desarrollo, basadas en la extracción de recursos naturales o la construcción de infraestructuras.

Es posible que muchas de esas actividades hayan sido necesarias, pero ahora es indispensable que busquemos nuevos caminos que no impliquen la destrucción de los bosques, con mayor razón hoy que la conservación de los bosques juega un papel principal en las medidas que el país debe tomar para adaptarse al cambio climático y para contribuir con su mitigación.