La legislación forestal debe incluir la visión de las comunidades indígenas, señala enfáticamente Julio Cusurichi, dirigente de la Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes (Fenamad), al referirse a los lentos avances en la elaboración del reglamento de la Ley Forestal aprobada en el 2011, y a la pertinencia, por parte del Estado, de escuchar y aplicar los aportes de ideas de los comuneros organizados.
Cusurichi lamentó la escasa información que ha sido compartida por quienes están elaborando la reglamentación, que incluso en un primer momento dejó de darse, negándose la posibilidad de opinar.
“En el caso de Madre de Dios, inicialmente estaba considerada una reunión informativa pero luego se eliminó esta posibilidad de hacer aportes al reglamento. Solo a través de la presión ejercida por la Fenamad se ha logrado que un equipo del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) venga a Puerto Maldonado a escucharnos”, explicó.
Sin embargo, todavía no hay consenso sobre el texto definitivo y hay puntos que deben aclararse, pues para las comunidades el reglamento tiene que incluir la opinión de quienes viven en el bosque.
PUNTOS EN DISPUTA
Hay varios aspectos que no cuajan en la reglamentación desde la mirada de los comuneros. Uno de los más importantes es el de la regenciaforestal. Para las comunidades, el regente es en realidad una institución privada encargada de administrar todos los recursos.
Es decir, ellos pueden hacer el Plan Operativo Institucional (POI) a su medida, y las comunidades no tendrían mayor injerencia. “Eso sería como engancharse a los madereros ilegales”, comentó Cusurichi.
Otro punto se vincula con el territorio. “Nosotros queremos que se haga alusión al Convenio 169 de la OIT, donde en lugar de tierras –como dice la norma- debería decirse territorio, que es un concepto más amplio pues incluye el espacio donde habitan las comunidades. Un territorio no son tierras solamente, y la ley forestal debería adaptarse a ese convenio internacional firmado por el Perú”, acotó.
Un tercer tema es el aprovechamiento sostenible del área de bosques. “No solo se trata de madera, sino de todos los recursos que hay allí, la biodiversidad, los conocimientos ancestrales, los espacios sagrados. Allí nacen nuestros ojos de agua y tenemos nuestra cosmovisión y relación con la naturaleza. Todo eso debe estar escrito, el bosque no solo es madera, recursos y dinero. Para nosotros, el bosque es nuestro mundo”, puntualizó Cusurichi.
OPINIÓN TÉCNICA
A propósito de las negociaciones del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) con las comunidades indígenas, el especialista en temas amazónicos en Brasil y Perú, Marck Dourojeanni, opinó que la ley actual es casi una réplica de las anteriores y que poco o nada hará para mejorar la situación de los bosques en peligro por la deforestación y la tala ilegal.
Entrevistado por INFOREGIÓN, el experto compartió serias dudas sobre la aplicabilidad de la Ley Forestal y de Fauna Silvestre, y menos aún sobre lo efectivo de su reglamento, pues uno no puede “enderezar la plana” a la otra.
Afirmó que la ley vigente tiene apenas nombres cambiados, muchos adornos y uso de palabras, pero concretamente significa muy poco, pues el tema central es el principio de las concesiones o contratos. Los bosques naturales son recursos de utilidad pública mucho más por los servicios ambientales que generan que por la madera que producen.
“Esa es una razón de más para que el Estado no se exima de su papel de gestor directo del recurso forestal”, refiere.
A todo ello, un punto clave en toda la discusión, según el experto, es llevar adelante la solución al proceso de titulación de tierras y saneamiento de la propiedad rural en la selva. Y hacia eso debe apuntar el esfuerzo del Estado en coordinación con las organizaciones que de verdad conocen el manejo del bosque.
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