Acaba de finalizar el campeonato mundial de fútbol Sudáfrica 2010 y España, merecidamente por cierto, se ha alzado con el título dejando en la cuneta a selecciones que aparentemente eran las favoritas. A decir de los analistas deportivos el triunfo español tuvo como rasgos distintivos:
Persistencia: no se rindieron ante la adversidad y luego del primer partido, en el que sufrieron una derrota ante Suiza, supieron superar la dificultad.
Liderazgo: un gran aglutinador y coordinador -su entrenador- que ha sabido descubrir y complementar las fortalezas y debilidades de sus jugadores, poniendo una importante cuota de realismo, prudencia y saber estar.
Trabajo en equipo: todos los jugadores son “estrellas” en sus equipos, pero apenas se integraron a la selección de su país se pusieron el traje de faena, dejaron de lado sus expectativas personales y trabajaron juntos para alcanzar un objetivo común.
Juego limpio: a pesar de recibir muchas infracciones, sobre todo en el último partido, no cayeron en el juego de sus rivales y mantuvieron su línea.
Estamos ad portas de un proceso electoral en el que elegiremos a nuestras autoridades regionales y municipales para los próximos 4 años y es bueno recordar lo que nos señalan recientes estudios de opinión pública (IPSOS APOYO año 10 Nº 125, 21 junio 2010):
Para los limeños, los tres principales problemas de la ciudad son la delincuencia (73%), el ordenamiento del transporte o tráfico (51%) y la venta de drogas/drogadictos (41%). El 95% considera que la seguridad ciudadana está igual o ha empeorado con respecto al 2009.
Si bien es cierto, estas últimas cifras responden a la percepción de los ciudadanos y no a la situación real de inseguridad, también es cierto que esta percepción negativa influye directamente sobre las posibilidades de desarrollo de la ciudad y de los ciudadanos.
La más reciente encuesta divulgada por el IOP-PUCP (14 de julio 2010) muestra que los limeños pensamos que los principales objetivos que debería tener el futuro alcalde(esa) de Lima son mejorar la seguridad ciudadana (64%), combatir la corrupción (41%) y mejorar el sistema de transporte (36%).
Al cerrarse los plazos de inscripción de listas para postular a la Municipalidad Provincial de Lima encontramos que doce (12) candidatos han presentado la documentación correspondiente para competir por dirigir los destinos de nuestra capital.
Dos constataciones:
Una mala y la otra buena. La mala es la proliferación de candidatos y partidos políticos que pone de manifiesto la fragilidad de nuestro sistema democrático y, por lo tanto, nos indica que queda mucho por hacer en este campo. La buena es que todos los candidatos han tenido en cuenta la opinión de los ciudadanos y han colocado los temas de seguridad y transporte como prioritarios en sus propuestas electorales.
Pasados los primeros momentos en que la mayor parte de los candidatos, sin conocer en profundidad los temas y sólo con el afán de impresionar a los votantes, formulaban declaraciones en las que incluían propuestas de “soluciones mágicas” para los problemas de la ciudad, se va imponiendo el sentido común y empiezan a aparecer propuestas aparentemente sensatas y viables que denotan preocupación por los tópicos y asesoramiento especializado.
En una ciudad en la que, de acuerdo a estadísticas de la Policía Nacional, el año 2009 se cometieron diariamente 193 delitos (2 homicidios, 14 lesiones, 1 secuestro, 7 delitos contra la libertad sexual, 69 hurtos y 66 robos), parece que por fin quienes pretenden gobernarnos han tomado conciencia que si no se adoptan decisiones y se ejecutan acciones inmediatas podemos llegar a los niveles de violencia de otras capitales de la región, con las negativas consecuencias que ello conlleva.
Y ante este panorama ¿dónde entran a tallar las lecciones que nos han dejado los campeones del mundo?, ¿servirán para aplicarlas en materia de seguridad? No olvidemos que los votantes tenemos el protagonismo en las elecciones y por lo tanto debemos evaluar cuidadosamente las propuestas de los candidatos antes de otorgarles nuestra confianza.
Como mínimo debemos exigirles:
Que nos transmitan la confianza que la situación se puede revertir siempre y cuando trabajemos sostenidamente en medidas de corto, medio y largo plazo. ¿Persistencia?
Que quienes se postulen para alcaldes se comprometan a liderar y coordinar los esfuerzos de todos los actores que deben intervenir en la solución del problema. ¿Liderazgo?
Que sus propuestas afronten el reto de la seguridad con una visión integral; estableciendo un objetivo común; determinando claramente las atribuciones, responsabilidades y roles de las entidades que deben intervenir; propiciando la activa participación de la ciudadanía; y, rindiendo cuentas públicas del empleo de los recursos, así como de los resultados que se vayan alcanzando. ¿Trabajo en equipo?
Que no nos propongan soluciones facilistas, inmediatistas, que no están entre sus atribuciones aplicar o que sean violatorias de los derechos humanos. Está comprobado que la “mano dura” no es la medida más adecuada para los problemas de inseguridad. ¿Juego limpio?
Un primer análisis de las propuestas de los candidatos desde una óptica que le ha dado buenos resultados a los campeones mundiales de fútbol puede servirnos para orientar nuestra decisión al momento de votar.
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