Le dieron un hachazo político

Una forma de poder lograr que se pueda recuperar la honorabilidad en las familias romanas era que el representante de la familia que había cometido cualquier error político o social tenga que asumirlo en toda las esferas públicas, redimirse y suicidarse; ese tipo de acciones lograban que la familia se limpiara del hecho desagradable que había cometido; ahora en pleno siglo 21 no le vamos a pedir eso a los personajes públicos de nuestra región, a esos representantes políticos que debieran de salir a dar la cara para sancionar cualquier tipo de hechos que puedan maldecir a su integridad como persona y hasta su familia; sin embargo lo mínimo que debemos esperar es que se tenga que disculpar reconociendo los errores que ha cometido.

Lamentablemente el señor representante cocalero de Ayacucho, Walter Acha ha demostrado que tiene un cinismo único; ha tenido que ser filmado y puesto en escena para que asuma su responsabilidad política que no deja de ser un accionar lumpen; en ninguna parte del mundo se puede permitir que una mujer sea violada y menos promover un aborto sin su consentimiento.

Lo peor de todo es que la situación moral en la que se encuentran algunos congresistas como el caso del señor Walter Acha son las que determinan que realmente no merecen tener un mínimo de interés por parte de la ciudadanía; la forma en cómo se comporta este personaje trae abajo la posición que debiéramos tener todos los peruanos con respecto al poder Legislativo.

A esto se suma su labor congresal, lamentablemente este señor no hace ni dice nada, lo mínimo que puede realizar es alzar su mano cuando le puede ser beneficioso para su persona o tratar de dar cuenta de propuestas aberrantes ligadas a actividades o posiciones eminentemente de su lugar de procedencia; una ley para Huanta y otra para Él. Ni siquiera a su base social le da una salida, sino se reduce a tener que plantear sus alternativas para su sector, una salida para los cocaleros; hasta intentar legalizar esa hoja que sirve para el narcotráfico. Sin embargo no tenemos nada de parte de este señor.

No es la primera vez que se sanciona a un congresista, recordemos lo que pasó con la hoy directora del PESCS que en su momento fue sancionada y quiso manejar, en un momento, una presión política contra la comisión de ética de ese entonces; todo porque se creía ser puritana y toda su identidad estaba plegada al interés nacional; sin embargo eso no fue así, ni hoy ni mañana.

Esperemos que a la próxima elijamos bien y no cualquier cosa, como lo que tenemos ahora en el congreso.

 

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