Se habla de que son incendios provocados o incluso debidos a las malas políticas ecologistas. Pero estamos ante una serie de bulos que desvían la atención del verdadero problema y las verdaderas soluciones.
Los incendios en Australia (todavía activos a pesar de las lluvias) se han llevado ya la vida de 29 personas y de unos 1.000 millones de animales. Además, ya hay más de 17 millones de hectáreas calcinadas, una superficie equiparable al doble de Andalucía.
Esta catástrofe de proporciones épicas ha hecho que algunos medios y responsables políticos en Australia se apresuren a buscar culpables.
Aunque una gran mayoría atribuye estos incendios dramáticos al cambio climático, muchas otras personas están confusas acerca del porqué de estos incendios de alta intensidad. Por eso desmontamos cuatro bulos que se están moviendo por las redes sociales.
En Australia siempre hay incendios, es normal: FALSO
Los incendios en Australia empezaron meses antes del periodo de riesgo habitual y han continuado con fuerza en medio una sequía y una ola de calor sin precedentes.
La Agencia Meteorológica Australiana ha confirmado que 2019 ha sido el año más cálido y seco de la historia del país. Y, aunque ha habido años con incendios realmente malos, el personal científico confirma que las condiciones de este verano son mucho peores.
Una coalición de operativos de extinción han estado intentando reunirse con el primer ministro desde abril de 2019, ya que temían que esta temporada de incendios fuera más larga y mortal debido a la crisis climática.
Cuentan que se les negó participar en el debate y que “no se les permitió” mencionar el cambio climático.
Los incendios fueron provocados por pirómanos: FALSO
Australia acaba de vivir el año más caluroso y seco desde que existen registros, generando un paisaje que es un auténtico polvorín.
Los incendios en Australia se inician, cada año, por un gran número de factores: pueden generarse accidentalmente por una chispa de una motosierra, por una barbacoa, de forma natural (rayo), etc. A esto se llama riesgo de ignición.
De hecho, los Servicios de Incendios Rurales han afirmado que algunos de los mayores incendios en Nueva Gales del Sur fueron producidos por “rayos secos».
Esto ocurre cuando a los rayos no les acompaña una lluvia que llegue al suelo y refresque la tierra y vegetación secas. Algunos incendios incluso generan sus propias tormentas eléctricas, las cuales crean relámpagos que luego producen más incendios.
Por lo tanto, la intensidad de estos incendios no se debe a que haya habido un repentino aumento de la actividad malintencionada: se debe al cambio climático, clave en el riesgo de propagación del incendio y en el propio comportamiento del fuego.
Los incendios no están afectando a las ciudades: FALSO
El viceprimer ministro australiano ha llegado a calificar a la población de las ciudades de “lunática delirante” por vincular los incendios con el cambio climático.
También hay críticas en redes hacia la gente que vive en las ciudades, diciendo que no deberían involucrarse porque los incendios no les afectan.
La realidad es que numerosas ciudades y pueblos están inmersos en enormes nubes de contaminación, lo que significa que tienen que mantener puertas y ventanas cerradas en plena ola de calor.
Además, las personas expertas advierten de los distintos efectos a largo plazo que la neblina tóxica produce sobre la salud de las personas, especialmente en la infancia.
Los purificadores de aire para interiores están prácticamente agotados.
Los niños y niñas no pueden jugar fuera ni respirar sin que su salud se vea afectada. Incluso hay preocupación por que los suministros de aguas urbanas se contaminen con ceniza.
No es el momento de hablar de cambio climático: FALSO
Estos incendios devastadores están causando cifras apocalípticas de pérdida de vidas humanas, fauna silvestre y bosques. La valentía de lo operativos en terreno y la respuesta de las comunidades es de elogio.
La clase política australiana ha señalado en los medios de comunicación que tras estos desastres no es momento de hablar de cambio climático. Sin embargo, las personas que han sobrevivido a los incendios dicen que es precisamente ahora el momento en que los políticos australianos deben vincular ambos conceptos.
La clase política y algunos medios de comunicación tiene que dejar de confundir sobre la causa de estos incendios.
Independientemente del origen del fuego, el cambio climático explica el comportamiento tan agresivo e impredecible de los incendios.
Australia es uno de los mayores exportadores de carbón del mundo. Por eso debería replantearse seriamente cómo está contribuyendo a este problema. El gobierno australiano debe reconocer la crisis climática de inmediato y tomar medidas para evitarla.
Fuente: Greenpeace, con información tomada desde Ecoticias