El ex Defensor del Pueblo, Walter Albán, saludó la creación de la Oficina Nacional Anticorrupción (ONA) y el nombramiento de Carolina Lizárraga como jefa de esta entidad, pero lamentó que esta oficina no cuente con plena autonomía al estar supeditada al Ejecutivo y se hayan sobredimensionado sus posibilidades reales.
Pidió por ello definir las competencias que asumirá la ONA para actuar contra la corrupción involucrando a las organizaciones de la sociedad civil, pues “se requiere impulsar una estrategia integral anticorrupción desde el Estado, en la que la ONA sea transitoria, ya que no se trata de sustituir a las otras instituciones, sino fortalecer la institucionalidad en el país», enfatizó Albán.
Expresó que es indispensable un trabajo coordinado entre el Ministerio Público, el Poder Judicial y el Congreso de la República para que la iniciativa de la lucha contra la corrupción realmente tenga éxito.
El ex Defensor del Pueblo hizo hincapié que el tema de la corrupción es muy sensible en el país e indicó que la notoria caída del Presidente en la aprobación de la población se debe a que no hizo un deslinde claro contra la corrupción, e igual impresión proyecta el Congreso de la República que evidencia una actitud poco clara para sancionar a quienes han incurrido en comportamientos o decisiones que afectan la transparencia.