Los líderes de la Unión Europea (UE) reunidos en la Cumbre realizada en la ciudad eslovaca de Bratislava solo pudieron concretar algunas tímidas medidas en la estrategia de defensa y seguridad común. No hay consenso para ser más osados en la implementación de medidas hacia el futuro, según análisis publicado en el diario El País.
Es así que por el momento el nuevo eje que aglutina la fuerza política y económica de la alianza europea será por el momento la seguridad. Es pues la agenda europea que se implementará tras la salida de los británicos en medio de una serie de reflexiones nada optimistas en el sentido que tras 20 años, el bloque “ha sido incapaz de completar la unión monetaria manifiestamente coja a pesar de haber sufrido la mayor crisis económica en décadas”.
El diario reflexiona además que el tema seguridad nuevamente está en la palestra en el sentido de que entre muchos europeos el terrorismo es uno de los asuntos que más preocupa “y varios países se han encargado de vincular, con muy malas artes, los ataques terroristas a la última oleada migratoria”.
“Ante las dificultades para lograr un mínimo común denominador que permita avances en otras áreas, los líderes europeos vuelven la mirada hacia la cenicienta del proyecto, la política de seguridad. No deja de ser una paradoja: el primer antecedente de la UE fue la Unión Europea Occidental, que ya en 1948 aspiraba a forjar una defensa común para un continente que acababa de salir de dos guerras fratricidas, devastadoras. Aquel proyecto fracasó: al año siguiente se creó la OTAN y los europeos aceptaron —de buena gana— la tutela militar de EE UU”, señala El País.
Además, prosigue el análisis agrega que “desde entonces han sido numerosos los intentos de poner en marcha una estrategia común: sobre el papel ya existe un comité militar, los llamados grupos de combate o el Eurocuerpo, en el que algunos quisieron ver un embrión del futuro ejército europeo. Pero más allá de algunas misiones (Malí, las costas de Libia y contra la piratería del Índico), Europa ha sido incapaz de desarrollar una defensa autónoma”
Finalmente, el diario apunta a que la estrategia europera de seguridad está ligada de alguna manera a la decisión del sucesor del presidente de Estados Unidos que sería “trasladar el peso del esfuerzo militar estadounidense al Pacífico y dejar que los europeos se saquen las castañas del fuego por sí mismos. Para ello, Bruselas explora la posibilidad de poner en marcha eurobonos destinados a financiar el gasto militar”.