Se les advirtió que no podían ponerse de espaldas al país, pero con una soberbia tan grande como su ceguera, siguieron adelante. La malhadada elección se cayó en pocas horas. La indignación de la gente, expresada en las redes y en los medios, amenazaba con volverse rebelión. Tuvieron que recular y quedar en ridículo. Alentador saber que tenemos ciudadanía que reacciona; alarmante que no tengamos partidos para representarnos.
Ipsos y GFK recogen en sus encuestas el tamaño de la factura. Humala, que a mi juicio es el principal responsable ya que pudo impedir que su bancada promoviera esta barbaridad, es el más castigado. Se ha desplomado a 32% de aceptación según GFK (33% según Ipsos). Nadine Heredia también es sancionada. Muchos leyeron el intento oficialista de controlar el Tribunal Constitucional como una forma de asegurar una eventual “interpretación auténtica” favorable a su candidatura; lo que merma la credibilidad de su reciente declaración negando la postulación. Ahora bien, con sólo 38% de aprobación –perdiendo 23% puntos desde marzo, según Ipsos– tal fantasía puede estar llegando a su fin.
Pero toda la clase política ha sido sancionada. Gobiernistas y opositores. Al premier Jiménez lo aprueba el 13% y al presidente del Congreso el 12% (Ipsos). Toledo, corresponsable de la ‘repartija’ y chamuscado desde antes por sus inversiones inmobiliarias, araña el 12. García trató de colocarse del lado de la gente en este tema, pero viene muy golpeado por los ‘narcoindultos’ y solo raspa el 20. Keiko pierde ocho puntos y está en 32%. Castañeda, también en la ‘repartija’, está en 33%. Lourdes cayó a 27%. PPK a 35% (GFK). Villarán, cada vez más cuestionada por retrasos e indecisiones, apoyó a Freitas para la Defensoría. Baja más y se coloca en 26% (datos para Lima de Ipsos).
Vaya clima político con el que nos acercamos al 28. Si le sumamos un ambiente social enrarecido por protestas diversas y anuncios de grupos radicales de ir a las calles en fiestas, el panorama es preocupante.