En el Vraem hay un esfuerzo conjunto por inclinarse hacia un desarrollo alternativo, para que los productos no solo se vendan en los mercados locales, sino que lleguen a los escaparates de la capital y puedan ser apreciados por su valor nutritivo y calidad. Gladis Hurtado es una productora de plátano que tiene una rutina muy dinámica y exigente por parte del mercado nacional, como es el de los supermercados y otros mercados regionales.
¿Cómo empieza a trabajar en la producción del plátano?
Tengo 48 años y soy natural de Llochegua. Yo quería diversificar mi producción en mi finca, es así que decido por la producción del plátano. Su cosecha no demora mucho tiempo, es de 9 a 10 meses, dependiendo de la variedad, por ello, desde hace cinco años, me dedico a la producción de este fruto. Además, su costo de inversión no es mucho, pero es muy rentable.
¿Cómo llega a vender sus productos en los supermercados?
Yo hago el primer con-tacto a través de una amistad en el distrito de Pichari. En una parcela estaban acopiando plátanos y consulté por el tipo de variedad. En aquel entonces yo tenía en mi parcela solo las variedades seda, isla, morada, bellaco, entre otros. Luego escuché sobre el plátano isla maleño, tomé interés y busqué la semilla para sembrarlo en mi parcela. Con la producción obtenida busqué al intermediario y se inició con los envíos a los supermercados de Lima.
¿Cómo la afectó la pandemia?
Cuando se dio el confinamiento los envíos se detuvieron por las restricciones en transporte. Hubo pérdidas, pero supimos reponernos poco a poco en el tiempo con la nueva normalidad. Ahora los plátanos que salen de mi finca no solo se venden en los supermercados, sino también en Apurímac y Ayacucho. De esta forma se va abriendo nuevos mercados.
¿Recibe alguna capacitación? ¿Cómo le va con la producción?
Soy beneficiaria de la actividad plátano que ejecuta la municipalidad de Llochegua que financia Devida. Recibo capacitación sobre varios temas como las técnicas de poda, abonamiento, control de plagas y enfermedades, y otros. Actualmente cultivo la variedad isla maleño en tres hectáreas, en los que se produce tres mil racimos de plátano al año. Este 2022 se logró dos envíos a Plaza Vea.
¿Cómo ha contribuido la producción del plátano en su hogar?
Este fruto es el sustento de mi familia. Mis hijos lograron estudiar en la universidad y ahora cada podrá ejercer su carrera. Cuando vienen a visitar-me compartimos con las personas que trabajan en esta finca. Tenemos en total cuatro personas que en cada cosecha están con nosotros, les empleamos. La producción del plátano representa también el ingreso económico de otras familias a través de jornales.
¿Qué retos y proyecciones tiene como productora?
Aspiro a que en un tiempo aumente más la producción de plátano de calidad en el Vraem. El hecho de que esté ya en un supermercado es un logro. Con esto quiero decir que el plátano de esta zona cubre las expectativas de los consumidores de la capital, por lo que sería muy bueno que se posicione y continúe conquistando más mercados.
Fuente: Diario Jornada