Marcial Quispe Nayhua, presidente de la Asociación de Productores de Piña del centro poblado de Omaya, que se encuentra en el distrito cusqueño de Pichari, en el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), indicó que es posible que la piña orgánica sea una opción válida contra el sembrío de hoja de coca ilegal ya que “tiene demanda local, son legales y el tiempo hará posible que los agricultores eleven la calidad de vida e insertarse a los circuitos internacionales de producción”.
“Iniciamos el cambio porque nos ayudaron las pasantías que nos dieron. Ahora contamos con más de 10 hectáreas de piña orgánica que manejamos de manera técnica cubriendo el mercado local y nos preparamos para otros mercados”, dijo Quispe a INFOREGIÓN.
Para el productor, los agricultores están comprendiendo que la coca no es la única salida y puso como ejemplo a la Asociación de Productores de Omaya que actualmente conforman diez socios cuyos cultivos tienen gran éxito y además les proporciona una economía legal.
“Nuestras familias se opusieron a este proyecto porque no sería rentable, ahora nos falta manos y cosechamos entre 800 a 1,000 piñas diariamente para el mercado local”, finalizó el dirigente.