«La otra cara del Plan VRAE»

En el marco de una serie de informes sobre la labor de las fuerzas del orden en el valle de los ríos Apurimac y Ene, VRAE, el diario El Comercio presenta en su edición de hoy el informe especial «La otra cara del Plan VRAE».   El texto periodístico resalta la labor de las fuerzas policiales en beneficio de la salud de los niños, las víctimas más inocentes de la convulsionada situación que vive esta parte del país.

Por: Luis García Panta (El Comercio)

Durante tres horas, 33 niños asháninkas caminaron junto con sus profesores por la trocha que une su comunidad, San Kitoshi, con la localidad de Pichari, en La Convención, Cusco. No se trataba de una excursión o de un viaje de estudios, sino de un último gran esfuerzo por encontrar a alguien que pudiera devolverles la salud. Su comunidad no cuenta con centro de salud y no quedaba otro camino que ir en busca de ayuda.

Tras recorrer la trocha, plagada de huecos y piedras que laceraban los pies de los pequeños, pudieron llegar a Pichari, donde los maestros Efraín Chino Banda y Filomeno Camperito Delgadillo se contactaron con algunos policías. Estos comunicaron de la visita a su jefe, el general PNP Ítalo Perochena Solari, quien de inmediato se dirigió a la posta médica y buscó conocer la situación de los menores.

Luego, esta información la trasladó a Marcial Capeletti, comisionado para la paz y el desarrollo del valle de los ríos Apurímac y Ene,VRAE, quien dispuso la atención del caso.

Después de realizar estas gestiones, la policía atendió a los niños y luego los trasladó hacia su pueblo en varias unidades. En solo 45 minutos llegaron a su poblado y les dejaron la promesa de volver con ayuda. Los niños y sus profesores se quedaron muy contentos.

LA REALIDAD

La penosa realidad de los pobladores de San Kitoshi no es diferente a la que viven los habitantes de cientos de comunidades nativas del VRAE en los departamentos de Ayacucho, Cusco, Huancavelica y Junín.

“Ellos viven apartados de la ciudad y sin comunicación. Carecen de todos los servicios y sufren de pobreza extrema. No hay atención de ninguna clase y allí es donde queremos trabajar para intentar por lo menos darles una mejor calidad de vida”, señaló el general Perochena.

El plan VRAE tiene los objetivos de paz y desarrollo, agregó. “Si no atendemos a estas poblaciones, corremos el riesgo de que caigan en poder del terrorismo, que ahora ha cambiado de estrategia. Si antes sometía a las poblaciones arrasándolas o exterminándolas, ahora, como cuentan con dinero del narcotráfico, les ofrecen ayuda económica y alimenticia”, expresó.

Lea el informe aquí: http://www.elcomercio.com.pe/impresa/edicion/2009-06-16/ecre160609a12