La Muerte del Camello

El panameño Boris Jesús Foguel y Suengas (48), la joroba mayor de ‘Los Camellos’, una de las mafias más poderosas del narcotráfico que haya operado en el Perú, acabó como suelen hacerlo muchos capos de la droga: asesinado a tiros, la noche del viernes 15.

Los sicarios le encajaron 30 balazos en un exclusivo barrio de Ciudad de Panamá.

Foguel nunca pudo ser extraditado al Perú. Purgó 12 años de prisión en Panamá y consiguió su libertad hace apenas un año, en enero del 2012.

La muerte lo encontró a eso de las 6:00 pm. Manejaba su camioneta 4×4 Land Rover por la calle Calle 79 Este, en el balneario Coco del Mar, cuando dos vehículos –un Nissan Almera y un Sedan blanco– le cerraron el paso.

Un grupo de sicarios armados, de número aún no determinado, descendió rápidamente de los autos y acribilló a Foguel.

A su esposa colombiana, que iba al lado, no le cayó ni una esquirla. “Yo me quedé quieta. Por eso me salvé”, relató.

El periodista del diario El Siglo de Panamá, Gilberto Pérez, fue uno de los primeros en acudir al lugar.

“La camioneta estaba trepada en la acera con una puerta lateral abierta. El asiento de Foguel estaba bañado en sangre y su rostro irreconocible por las perforaciones de bala”, contó Pérez a CARETAS.

Una hipótesis que maneja la Unidad de Investigación de Homicidios de la Policía de Panamá es el robo, pues los sicarios se habrían llevado US$ 20,000 que Foguel llevaba en su vehículo.

Sin embargo, no se descarta el ajuste de cuentas, sostuvo a esta revista el fiscal panameño que ve el caso, Marcelino Aguilar.

LA CONEXIÓN
Foguel no era un traficante cualquiera. Su nombre saltó a la fama luego del espectacular decomiso de 2.3 toneladas de clorhidrato de cocaína en el Callao, el 1 de abril de 1999.

La Policía acusó a Foguel y a su socio, el corredor de autos Bruno Chiappe Ebner de ser los dueños de la droga. Y la organización, una de las más espectaculares a juzgar por el tonelaje de cocaína de la más alta pureza capturado, fue bautizada como ‘Los Camellos’.

CARETAS dio gran despliegue al caso en sus ediciones 1555, 1585, 1588 y 1606, y descubrió que ‘Los Camellos’ habían convertido al puerto del Callao en una enorme coladera por la que pasaban tranquilamente sus contenedores de droga.

En una entrevista exclusiva ofrecida a CARETAS 1585, Foguel sindicó al abogado Javier Corrochano Patrón, de ser el socio de Chiappe en el embarque del 1 de abril.

Foguel declaró al periodista Orazio Potestá que, días antes de la incautación de la droga, pagó a Corrochano US$ 101,000. El aludido alegó que el pago era por la venta de su yate.

Según Foguel, Corrochano era el nexo de la banda con Vladimiro Montesinos, quien permitía que los contenedores de droga salieran por el Callao.

En un interrogatorio en mayo del 2011, Foguel declaró ante el entonces fiscal Alejandro Espino y el procurador Luis Vargas Valdivia que “Montesinos nos garantizaba tanto el transporte de pasta básica al laboratorio por medio de helicópteros, como la salida de cocaína a través de los puertos en barcos”.

En febrero del 2000, Foguel fue capturado por la División de Narcóticos de Panamá y un equipo del SIN (CARETAS 1606).

Panamá negó la petición de extradición que hizo Perú contra Foguel y éste fue condenado allá –por narcotráfico y lavado de dinero– a 16 años de reclusión en el Centro Penitenciario La Joyita, pero solo purgó 12 por “buena conducta”.

Cuando salió libre adquirió un departamento frente al mar en el Corregimiento de San Francisco, a 5 minutos del centro de la capital.

La muerte de Foguel se suma a la de Chiappe. Condenado a 30 años de cárcel en el penal Sarita Colonia del Callao, el corredor de autos falleció de una peritonitis, el 31 de agosto del 2003, cuando evaluaba acogerse a la colaboración eficaz para declarar contra Montesinos.

Ya Foguel lo había acusado desde su celda en La Joyita. En 2008, la Segunda Sala Especial Penal de la Corte Superior absolvió a Montesinos del delito de narcotráfico. La Fiscalía apeló y presentó como elemento probatorio la testimonial del panameño.

La Corte Suprema denegó la solicitud y el caso fue archivado.

La muerte del camello pareciera cerrar aquella historia de mafias enquistadas en el poder. (Eduardo García)

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