En ese sentido, demandó a las organizaciones no gubernamentales, ONGs que defienden el medio Ambiente y a los gobiernos regionales y locales, a centrar sus esfuerzos no solo en supervisar a la minería formal que actualmente se rige bajo estándares medioambientales para poder operar, sino también en contrarrestar los efectos negativos de la actividad minera informal que afecta directamente la calidad de vida de las comunidades.
“Aquellos que siempre critican la minería formal supervisada por el Estado, que cumple con estándares, estudios de impactos ambiental y legislación ambiental, deben fijarse también en esta minería informal que es un cáncer que está consumiendo al país, no deben cerrar los ojos en este delicado tema” puntualizó.
Según el experto, actualmente la minería legalmente constituida, contaminan menos que la minería informal e ilegal. “Por todo el país hay gente informal que está lavando y explotando restos de oro sin estudio de impacto ambiental, sin ninguna medida de gestión ambiental y utilizando cianuro y mercurio” precisó poniendo como ejemplo el caso de Madre de Dios, en donde, por la extracción de oro se vierten a los ríos de la zona, 22 mil kilogramos de mercurio por año.