Por primera vez en la historia del Perú, este año se realizará una erradicación concertada en el Vraem y en el Monzón. La probabilidad que la sustitución de cultivos revierta la tendencia de incremento de cultivo de hoja de coca es alta.
— La decisión de erradicar hoja de coca después de mucho tiempo en el Monzón ha causado protestas en la población. ¿No ha sido apresurada?
No. Nada ha sido apresurada. Hemos conversado con el Presidente, el Gabinete, la Policía… hasta con los alcaldes de la zona.
—¿El Monzón es tierra de nadie?
En parte sí, porque hay quienes quieren el cambio y están ya en cultivos alternativos, en la legalidad. Pero evidentemente hay
quienes no quieren la legalidad porque no les conviene, pues le venden coca al narcotráfico. Recuerde que el 90% de la coca se vende al narcotráfico. Durante más de 40 años no se ha entrado al Monzón ni con desarrollo ni con erradicación. Solo el entonces ministro Rospigliosi destruyó 72 laboratorios de cocaína. La historia del Monzón es nefasta, durante muchos años el Estado no ha entrado y cuando lo intentó, se lo ha botado. Los cocaleros recalcitrantes –no son todos– invitaron a salir de la zona al Corah [encargado de la erradicación del Ministerio del Interior], con la promesa de disminuir los cultivos y no sembrar nueva coca. En cinco años cultivaron muchísimo más coca. Naciones Unidas ingresó hace unos años al Monzón y sus oficinas fueron incendiadas. Tuvo que salir.
—¿Cómo se comprueba que el Monzón es un reducto del narcotráfico?
Cuando sobrevuelas la zona como yo lo hice y ves las cocinas, los laboratorios y el 99% de los sembríos de coca. El narcotráfico ha impedido que entre el Estado, se ha sacado a la gente con violencia, se ha incendiado, amenazado a promotores que fueron a trabajar ahí, inclusive a los de la sociedad civil.
—¿Quién es líder de los cocaleros ahora? Iburcio Morales murió en prisión.
Debieron indultarlo. La federación cocalera está muy dividida, está absolutamente quebrada. Se ha hecho un trabajo de sensibilización acercamiento político, hay mucha gente que está por el cambio; por ejemplo en Sachavaca, que era un reducto de coca, se está sembrando cacao.
—¿Cuántas hectáreas de coca hay en el Monzón y cuántas se han erradicado?
Hasta ayer se han erradicado 1,444 hectáreas y se estima que hay unas 8 mil hectáreas. La meta es erradicar las 8 mil para mayo o junio.
—¿Tan rápido?
Sí. Hay 1,200 trabajadores del Corah en la zona y 600 policías que resguardan la labor. Es un trabajo delicado, se respetan los derechos de las personas, no se arrasa, no se usan pesticidas ni armas. Solo trabajan varones. Algunas personas en el Monzón dicen que la tierra está envenenada. Claro que lo está, pero de agroquímicos que usa la coca. Es un suelo degradado.
—¿Por qué no se ha hecho un estudio previo del suelo antes de erradicar?
Mire, el Monzón tiene un historial largo. Lo único que se puede hacer es entrar allí y erradicar, porque no se han cumplido
los acuerdos. Estamos concertando con los pobladores para hacer el estudio.
—¿No se pudo hacer antes?
El Estado no podía entrar, la violencia era espantosa y tampoco había voluntad política como la tiene ahora el presidente Humala. Se van a erradicar 22 mil ha de todas las cuencas cocaleras. Esa es la meta de este gobierno. El análisis de suelos determinará qué se puede sembrar. Pero además se tiene que pensar en servicios. En el Monzón se van a instalar tres hidroeléctricas; además,estamos haciendo la articulación con los jóvenes de la zona, para que se capaciten, tengan Beca 18 y puedan trabajar ahí.
—¿Cómo hacer una auténtica sustitución de cultivos si aún no se sabe qué sembrar?
Acabamos de entrar al Monzón, el 19 de enero. El 2 de febrero, los equipos técnicos y las autoridades han concertado para hacer los análisis de suelos e identificar las necesidades. Los escolares recibirán desayuno y almuerzo para que no se perjudiquen.
—¿De qué vive el campesino en el ínterin?
Ese dilema lo tenemos hace 60 años…
—Usted dijo que los campesinos tienen ‘su guardadito.’
Por supuesto que muchos de ellos lo tienen, si le venden al narcotráfico. Viajan a Lima durante 15 días, obviamente tienen algo para comer al día siguiente. El presidente nos ha encargado elaborar un plan poserradicación. Lo hemos elaborado rápidamente con todos los sectores involucrados y el viernes pasado se lo presentamos al primer ministro. No solo es para el Monzón, sino para las otras zonas donde se logrará la erradicación de las 22 mil hectáreas. Funcionará con el presupuesto ya aprobado para los sectores; son 600 millones de soles. Devida articula este programa. Pero quiero decirle que no estamos premiando a las personas porque están en una actividad ilegal…
—Tampoco es que hayan planificado vincularse con la droga.
El Gobierno es consciente de que la población no puede estar sujeta al narcotráfico. Los niños y adolescentes no deben tener ese futuro. Es el primer gobierno que entra al Monzón con erradicación y desarrollo, aunque este último se hará en un mes.
—Por eso la gente está sorprendida…
No, hemos convencido, dialogado durante un buen tiempo con los alcaldes. No hemos entrado de un día para otro. La prueba es que ya en Bolsón Cuchara se tienen 800 hectáreas del mejor cacao aromático del mundo y también se siembra café. Era uno de los lugares más recalcitrantes. En San Martín, el desarrollo alternativo funciona hace 18 años.
—Se invirtió más dinero.
No más de lo que se invierte ahora. Si hubo un dinero fuerte de la cooperación, fueron 300 millones de dólares, pero en 18 años. Se revirtieron 50 mil hectáreas de hoja de coca. Habrá eso también para el Monzón. En esa época, el Gobierno Peruano ponía 13 millones de dólares para la lucha antidrogas, hoy pone 320 millones de dólares. Además se destinan 60 millones de soles para la erradicación.
—¿Cómo hacer para que después de la erradicación no se vuelva a sembrar coca?
Se logrará diseñando un desarrollo integral y cumpliendo con los plazos establecidos. En esa medida la gente cambiará. No seamos ilusos, habrá quienes tengan una cosa mixta o resiembren en otras áreas. Por eso hay que erradicar 22 mil hectáreas para revertir la tendencia. Hasta el año pasado ha sido de crecimiento siempre. Este año apuntamos a que la tendencia sea de disminución. ¿Sabe cuánto es la pobreza en el Monzón?
—Más del 50%…
Sí, quiere decir que el narcotráfico no les dio nada, solo pobreza. La desnutrición es de 47% y la pobreza crítica 27%.
—Los estudios demuestran que la pobreza se incrementa cuando se erradica…
Se incrementa de inmediato, lo sabemos, y eso se les ha dicho a las personas. Pero con el desarrollo eso se revierte y la curva baja. Ocurrió en San Martín. En el Monzón estamos en la primera etapa de cubrir las necesidades inmediatas, techos de colegios, posta desabastecida. El Ministerio del Interior ha destinado tres millones de soles para piscigranjas y crianza de animales. Así tendrán alimentos.
—¿Teme el descontento de la población?
Tenemos un plan, una estrategia. No estamos para detenernos porque se molesten personas que han estado en la ilegalidad. Habrá quienes querrán sostener la ilegalidad. Pero no estamos para contentar o premiar, sino para liberar a esas poblaciones del narcotráfico.
—¿Realizarán destrucción de laboratorios en el Monzón?
Por supuesto. Ya se destruyeron cuatro. Probablemente hay más de 50 laboratorios. También se actuará, con erradicación e interdicción, en Pichis Palcazu, en el Alto Huallaga. Es una zona muy difícil: hay cerca de 49 aeropuertos clandestinos.
— La interdicción de estos será un poco violenta, ¿no?
Estamos trabajando con Bolivia y Brasil para el trapecio amazónico. Es una dimensión muy grande donde interviene la FAP, la Marina, la Policía Nacional del Perú…
— ¿Eso viene pronto?
La intención del Gobierno es luchar contra el narcotráfico.
—¿Dónde más se erradicará?
Hay todo un plan que no podemos revelar todavía; abarca también el Vraem.
“EN EL PERÚ HAY 62.500 HECTÁREAS DE HOJA DE COCA”
— ¿Cuándo arranca la erradicación en el Vraem?
No puedo decirlo. Se quiere que la erradicación empiece en Mazamari. Estamos trabajando con las autoridades, no hay improvisación. Ahí se está invirtiendo mucho dinero, cerca de mil millones de soles. Hay cultivos de café, cacao, de frutas y mejora de infraestructura. Tenemos 5 mil hectáreas de desarrollo alternativo.
— ¿Cuántas hectáreas se erradicarán en el Vraem este año?
En el Vraem hay 20 mil hectáreas de hoja de coca, se erradicarán 3 mil hectáreas. Forman parte de nuestra meta erradicar 22 mil hectáreas en todo el país para lograr la tendencia a la disminución. En el Perú hay 62.500 hectáreas de hoja de coca.
— Los alcaldes del Vraem y la población se interesan por el desarrollo alternativo…
Claro. Devida los apoya con los expedientes técnicos para obras de infraestructura pequeña. La población ve el cambio y mira lo que ocurre en el Alto Huallaga. En Aguaytía, Padre Abad, el cultivo de palma le ha dado 17 mil dólares anuales a cada agricultor, además de la venta de sus productos.
— ¿Dónde prospera el desarrollo alternativo?
En los distritos de la provincia de La Mar, Sivia, Llochegua. Mazamari, Junín es otra zona donde trabajamos muy bien. Los alcaldes se interesan. En Samurari y Santa Rosa los frentes de defensa nos están ayudando mucho. Hay que fortalecer la asociatividad para promover una vitrina que motive a los pequeños productores. Trabajar articuladamente con ellos; solos no tienen ningún futuro. Las fuerzas del orden están trabajando construyendo bases nuevas para dar seguridad. Probablemente tendremos sorpresas positivas pronto. En la parte del Cusco no podemos entrar porque esos distritos tienen canon y plata, queremos orientarlos al desarrollo alternativo.
— Sendero reaccionará si le quitan ingresos…
Ellos tienen una relación de sicariato, pero para eso hay toda una estrategia del Gobierno.
—¿Fue apresurada la alerta de no viajar al Cusco de la embajada estadounidense?
No quiero calificarla. Ojalá esto se revierta. Ese no es mi tema.
— Perú parece perforado por el narcotráfico: hay cocales desde Iquitos hasta Sandia.
Diría que estamos a tiempo para revertir esa situación. Hay recursos y voluntad política.
— Devida participó en la elaboración de la lista de insumos químicos que serán vigilados por la Sunat.
Sí, hemos incrementado la lista. En cuatro meses tendremos el software operativo. El sistema es complejo.
—¿La idea es seguir cada vehículo que transporte insumos?
La idea es tener GPS, sistemas satelitales, un software para que se registren quienes importen insumos químicos con la cantidad que utilizarán. Se cruzará información para ver quién está usando más de lo debido. También actuar en la minería informal. (Mariella Balbi)
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