Cusco siente que está relegado en sus demandas, principalmente en lo referente al gas. ¿Asume alguna responsabilidad como vocero del nacionalismo?
Esa sensación es parte de un escenario preelectoral a nivel nacional y que se acentúa en nuestro Cusco, considerado como fuerte y contestatario. La contribución de nuestro gobierno es positiva. Por primera vez se impulsan megaproyectos que no fueron ejecutados por gobiernos pasados como el Gasoducto Sur Andino, un proyecto de mediano y largo plazo.
La semana pasada se esperaba al ministro de Energía para que se comprometa con los proyectos del gas. Como presidente de la comisión de Energía y Minas, ¿puede exhortarlo a cumplir esa promesa?
Su presencia está confirmada para definir lo de la Planta de Fraccionamiento, pero aún los técnicos de Cusco deben revisar los Términos de Referencia (de estudios de factibilidad de la planta). Yo invoco a que actuemos con tolerancia. Esto se atenderá, pero técnicamente, no como el gobierno aprista que emitió el Decreto de Urgencia (D.U.) 063 sin sustento y por puro cálculo electoral cuando ya se iban. Nos dejaron una bomba de tiempo que ahora con legítimo derecho reclama La Convención.
El D.U. 063 no fue gratuito, incluso costó vidas humanas en La Convención. ¿No cree que más bien se está esperando la voluntad política de este gobierno?
Si nos hemos comprado el pleito de un megaproyecto como el Gasoducto Sur Peruano, cómo no vamos a sacar algo más pequeño como la Planta de Fraccionamiento. Sin embargo, tiene que ser viable y rentable. No puede imponerse con deseo y voluntad política.
¿Por qué la representación cusqueña no está unida para velar por los intereses de la región?
No hay unidad y nunca la hubo. La razón, estamos en un escenario democrático con intereses diferentes.
¿Y las demandas del Cusco, no representan intereses comunes?
Es un pasivo que vamos a cargarlo y es un mea culpa que yo reconozco públicamente. Hemos debido hacer el esfuerzo y haber tenido la capacidad para superar diferencias internas. La respuesta a esta desunión puede ser porque algunos apostamos consecuentemente por un gobierno y otros están en la otra orilla. Cuando tienes visiones diametralmente opuestas, así seas del Cusco, es difícil consensuar. El tiempo y la historia nos juzgarán.
¿Qué lo mantiene en las filas del nacionalismo en pleno desbande?
El nacionalismo es una fuerza vigente, pero no podemos negar el desgaste y costos políticos de la gestión. Fuimos víctimas de una oposición que no quiere que una propuesta de centro progresista logre proyectos tan importantes como el gasoducto. Revisen los alcances del programa Beca 18 o Qali Warma. Al cabo de nuestra gestión no habrá un solo centro educativo en zonas pobres que no tenga al 100% cobertura de Qali Warma, no será como el politizado y corrupto Pronaa. Los ataques provienen de sectores de derecha y otros que, habiéndonos acompañado en la etapa inicial, nos traicionaron, se fueron a la otra orilla. Desde ahí disparan permanentemente en una labor facilista de oposición. (Nota de La República: aunque la historia es al revés, Ollanta en el primer año, seducido por la prédica neoliberal pura y dura se deshizo de todos sus colaboradores de izquierda).
Nosotros (Rubén Coa) nos vamos a mantener (en el nacionalismo) porque tenemos la certeza de tres cosas fundamentales: el partido no está teñido o salpicado por actos de corrupción. Nos buscarán por todo lado, pero no encontrarán nada. En segundo lugar, se están haciendo los megaproyectos más importantes y osados que otros gobiernos no hicieron, a excepción de la carretera Transoceánica que hizo el gobierno de (Alejandro) Toledo, aliado político nuestro. Y tercero, porque somos un gobierno de inclusión.
¿Así como hace unos años fueron apoyados en las elecciones, hoy Cusco les ha dado la espalda?
No por gusto se le ha dicho a Cusco rojo. Existe una presencia muy fuerte de las fuerzas políticas vinculadas al marxismo. La izquierda que en su momento tuvo un rol importante, ahora pertenece a tiempos pasados, tiene posturas anacrónicas. Son otros tiempos. Hoy tenemos una agenda distinta, ya no es solamente la agenda recalcitrante, radical. Estas fuerzas de izquierda pasada, anquilosada, quieta en el pasado, creen que los hemos traicionado y entonces enfilan sus baterías contra nosotros, contra el gobierno de Ollanta Humala. Nos acusan de habernos derechizado, eso no nos preocupa demasiado.
¿Debería preocuparles el pueblo que está descontento?
Si hacemos un sondeo, yo me pregunto a cuántos de los de a pie, de los jóvenes que no tienen tiempo de marchar con los «pulpines», sí les interesa el debate del reglaje, la agenda del Congreso u otros temas que se manejan mediáticamente.
Pero seguramente sí les interesa que el gas a S/.12 no sea posible como lo prometió Ollanta en su campaña.
Sinceramente, yo creo que fue un desliz lo de ofrecer el gas a 12 soles. Le haré una confesión. Eso no lo dijo el presidente Ollanta Humala. Lo dijeron dos políticos a quienes aprecio mucho y guardo un profundo respeto por sus convicciones. Nuestro fallecido (Javier) Diez Canseco y Manuel Dammert. Dammert, como experto, invocó por el gas a S/. 12. Luego fue campaña del nacionalismo, en fin…
La Comisión Belaunde, que usted acompañó en Cusco, se escandalizó por las numerosas denuncias de actos de corrupción en proyectos emblemáticos de la región como la Vía de Evitamiento y el hospital Antonio Lorena.
Entiendo que esta comisión tiene que ver estrictamente el caso Belaunde y sus probables implicancias. Pero lo de la Vía de Evitamiento, el hospital (Antonio Lorena), no están dentro de los alcances de la comisión. Efectivamente hay denuncias, por eso tenemos que documentarnos.
¿Promoverá que estas denuncias sean canalizadas por la Comisión de Fiscalización del Congreso? Su colega parlamentaria Marisol Pérez Tello considera que eso es necesario.
Nosotros no somos el Poder Judicial ni el Ministerio Público. Participamos en aquellos temas de relevancia nacional. La Comisión de Fiscalización del Congreso no procesa denuncias pequeñas o simples. Con eso no estoy negando el carácter importante de estas denuncias, pero para eso hay Ministerio Público.
¿Continuará en política al culminar su periodo legislativo?
Reconozco que es complicado, difícil y adverso en estos momentos. Seguiré en política más adelante, ahora hay que dar paso a otros actores, nuevas generaciones. Ojalá emerjan nuevas figuras (La República).