La impunidad alienta el delito

El inicio del juicio oral al ex presidente Alberto Fujimori alienta a una actuación histórica de la justicia, se espera que el proceso, aunque largo y complejo, concluya con una sentencia ejemplar para todos aquellos gobernantes que pretenden perpetuarse en el poder violando toda norma democrática y los derechos humanos de los ciudadanos. Se trata del primer juicio que se aplica a un ex mandatario en el mundo por violar derechos humanos.
 


Fujimori perpetuó un golpe de estado, socavó la democracia y el respeto de los derechos humanos, con el pretexto de combatir al terrorismo y acabar con la corrupción. 


 


Otorgó poderes especiales al jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, Nicolás Hermoza Ríos, y al jefe real del Servicio de Inteligencia Nacional, Vladimiro Montesinos, su socio y amigo.


 


Ambos han afirmado que recibían órdenes del jefe supremo de las FF .AA. y así parece estar acreditado en los recientes documentos desclasificados del departamento de Estado.


 


A la luz de estos personajes, se creó el

siniestro grupo Colina, un comando paramilitar especializado en asesinatos y operaciones encubiertas.


 


Al final de su mandato, de manera abrupta debido a su fuga inescrupulosa, Fujimori renunció a la Presidencia de la República vía fax desde el continente asiático, develando ante la opinión pública el verdadero régimen autoritario, corrupto y violador de los derechos humanos.


 


Ese viejo adagio, tan popular como mezquino, «no importa que robe o que mate pero que haga obra», corresponde con la actuación del ex mandatario, absolutamente excecrable y condenable.  


 


El juicio al ex presidente Fujimori puede expresar el triunfo de la justicia sobre la impunidad, la democracia sobre el autoritarismo, la libertad sobre la represión y el respeto irrestricto a los derechos humanos sobre la muerte y la barbarie.


 


Los jueces y magistrados enfrentan hoy el enorme desafío de procesar al condenado y sentar un precedente para la justicia en el Perú y en el mundo entero.    


 


Seguir el juicio a través de los medios de comunicación, hacer memoria de las violaciones producidas durante su régimen y reconocer a las verdaderas víctimas pueden ayudar a evitar la impunidad y creer nuevamente en la justicia.