La Federación Nativa del Río Madre de Dios (Fenamad) está interesada en utilizar drones para recolectar evidencias de pueblos indígenas en aislamiento voluntario, «porque es la manera más sana de poder intervenir» y procurar que nadie ingrese a sus territorios.
Las aeronaves cuestan unos doce mil dólares y tienen un radio de acción de 16 kilómetros desde el control remoto y son capaces de volar a una velocidad de 60 kilómetros por hora, con un equipamiento compuesto por una cámara de acción Go-Pro y otra cámara fotográfica, informó el portal Econoticias.
Recientemente, el uso de estos drones permitió detectar un vertido de petróleo en el oleoducto Yanayacu-Saramuro, de una explotación del Lote 8, cuyo derrame de crudo acababa en el río Marañón que, en su encuentro con el Ucayali, forma el Amazonas.
«Nunca habíamos podido comprobarlo pero, con los drones, demostramos que las áreas naturales no están tan protegidas como se afirma”, sostuvo la especialista forestal de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), Wendy Pineda.
Agregó que estas fotos sirven para cualquier tipo de justicia ambiental, ya que muestran los incumplimientos y violaciones de las normativas.
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