La ausencia de acciones de interdicción y la falta de una adecuada política antidrogas generan el ambiente propicio para el desarrollo del narcotráfico en zonas como el valle del Monzón, donde la presencia policial es nula, señaló el analista Rubén Vargas.
En Diálogo Ciudadano, programa radial de INFOREGIÓN emitido el pasado sábado en Tingo María, Vargas sostuvo que el narcotráfico tiene por regla instalarse en las zonas donde le es más fácil realizar sus actividades, es decir, en donde hay escasa o nula presencia del estado o donde no se realizan acciones de interdicción de la lucha antidrogas.
«El narcotráfico tiene un monitoreo muy fino de los lugares donde no se están realizando acciones de interdicción o donde no se está aplicando integralmente la lucha antidrogas», precisó.
Añadió, en ese contexto, que en el valle del Monzón se vienen realizando algunas acciones de interdicción, pero debido a la magnitud de la presencia de narcotráfico, estas son abiertamente insuficientes.
Presión del narcotráfico determina el precio de la hoja de coca
El analista sostuvo, más adelante, que el precio de la hoja de coca no es determinado por el consumo tradicional o el legal manejado por ENACO, sino por la presencia y la presión que ejerce el narcotráfico en los valles cocaleros.
«El precio de la coca en los valles que tienen principalmente cultivos ilegales es un excelente termómetro que nos permite señalar dónde el narcotráfico está más activo o dónde está realizando más inversiones», comentó.
Reiteró, asimismo, que es una regla en el narcotráfico que el precio de la hoja de coca esté en función de la presencia de la ilícita actividad y a la ausencia de las políticas o las acciones de interdicción.
Responsabilidad recae en omisiones del estado
De acuerdo al ex Director de Defensa Nacional del Ministerio del Interior, la responsabilidad del incremento de la presencia del narcotráfico radica en el conjunto de omisiones que se están realizando desde las instituciones que se encargan de la lucha antidrogas, como por ejemplo la ausencia total en el valle del Monzón de la policía especializada.
Por ejemplo, recordó que el año pasado, tras el ataque a la comisaría de Ocobamba, en al región Apurímac, el ministro del Interior prometió ante el Congreso instalar inmediatamente cuatro bases antidrogas: dos en el VRAE y otras dos en el Monzón, sin embargo pasado un año, ninguna se ha instalado.
«Como sabemos, en el Monzón no existe una comisaría ni un puesto policial que signifique una dificultad para la labor del narcotráfico, entonces vemos como lo que se hace es insuficiente y no significa ningún tipo de peligro para el narcotraficante que invierte en esa zona», advirtió.