La escasez del agua pasó a ser un tema mundial

Hace varios años, la escasez de agua pasó de ser un problema de ciertos países para convertirse en un tema mundial.

Hoy en día alrededor de 1,200 millones de personas, un quinto de la población mundial, viven en lugares en los que el acceso al agua es inexistente y cerca de 500 millones están en el peligroso camino a sufrir del mismo problema.

Asimismo, un cuarto de la población mundial, cerca de 1,600 millones de personas, carecen de la infraestructura necesaria para transportar el agua desde las fuentes naturales de agua dulce.

Este desafío de los nuevos tiempos representa, además de los graves problemas que conlleva la escasez de agua, uno de los riesgos más grandes de la historia universal.

En un informe reciente, la Organización de las Naciones Unidas afirmó que en el futuro las guerras o amenazas de guerra ya no se darán por el petróleo sino por el agua.

Aunque es pronto para hablar de escasez hídrica a nivel global, todo hace indicar que, pronto, podríamos llegar a esto. Durante el último siglo, el consumo de agua aumentó a un ritmo dos veces superior al de la tasa de crecimiento de la población del planeta, lo que explica el avance del déficit en varias regiones del globo.

Cabe mencionar que la falta de agua no es únicamente un fenómeno natural, el ser humano también ha contribuido con esta carencia. Lo que falta en la tierra no es agua potable (existe suficiente como para abastecer a los 7 mil millones de habitantes) sino efectivos sistemas de abastecimiento. Esto sumado a la contaminación y a la falta de gestiones de forma sostenible la vuelven un elemento inaccesible para una de cada cinco personas.

VIDA SIN AGUA

Otro de los problemas que conlleva la escasez de agua son los problemas de saneamiento. El agua limpia es básica para construir sistemas de saneamiento adecuados, que contribuyan con las prácticas adecuadas de higiene, preparación de alimentos, aseos de viviendas, entre otros. Además, con el agua pura se pueden no solo suplementar letrinas, sino también tratar aguas residuales, ayudando a disminuir graves riesgos para la salud humana.

En ese sentido, es importante mencionar una cifra escalofriante: más niños mueren alrededor del mundo a causa de la falta de acceso a agua limpia que al SIDA, la malaria y el sarampión juntos.

Todo esto debido a que los niños tienen un sistema inmunológico menos desarrollado, incapaz de defenderlos de las enfermedades relacionadas al agua como la diarrea.

Adicionalmente, la incapacidad de acceder a agua potable, apta para el consumo humano, lleva a muchos niños alrededor del mundo a no poder hidratarse correctamente lo que se convierte en un nuevo y grave inconveniente para su salud.

Según un informe reciente sobre escasez de agua, en el mundo, en un solo día, las mujeres pasan más de 200 millones de horas transportando agua desde las fuentes hasta sus hogares.

Como si fuera poco, muchas veces el agua que recolectan proviene de fuentes contaminadas y el agua, aunque alivia momentáneamente sus necesidades, a largo plazo termina convirtiéndose en un problema aún peor a pesar de la noble, ardua y admirable labor que no deberían tener que cumplir.

Otro de los problemas que conlleva la escasez de agua en países latinoamericanos, como el Perú, es el círculo vicioso en el que viven las personas de bajos recursos.

Las familias que habitan en viviendas de condiciones infrahumanas, por lo general, tienen menos ingresos que los que cuentan con mejores servicios y esto los sumerge en una espiral de la que no pueden salir.

Aproximadamente 15 millones de hogares en Latinoamérica viven en condiciones inadecuadas. Este problema disminuye las esperanzas de mejores salarios y condiciones de vida entre millones de familias de América Latina.

CIFRAS LÍQUIDAS

A día de hoy, cerca de 1,200 millones de personas procedentes de 43 países diferentes sufren escasez de agua. En 2025, 1,800 millones de personas vivirán en países o regiones con escasez absoluta de agua y dos terceras partes de la población mundial podrían hacerlo en condiciones de estrés hídrico.

Para el 2030, casi la mitad de la población mundial vivirá en áreas de estrés hídrico, incluidos entre 75 millones y 250 millones de personas de África. La escasez de agua en áreas áridas o semiáridas provocará el desplazamiento de entre 24 millones y 700 millones de personas.

En el África Subsahariana se concentra el mayor número de países con estrés hídrico.

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