Frente a los recientes desastres naturales que azotan buena parte de regiones de nuestro país, diversos especialistas coincidieron en señalar que en los últimos años, la temporada pluvial causa más estragos por la deforestación que ocasiona la mano del hombre. Y en ese marco, juega un papel muy negativo, el cultivo de coca, que sólo en el último año, ocasionó la deforestación de 120 mil hectáreas.
En un informe publicado hoy por la revista Caretas, se relaciona directamente a los desastres naturales que se vienen sucediendo en varias zonas del país como inundaciones, desbordes y huaycos, con el acentuado proceso de deforestación que se registra en el país, y se señala que buena parte de esta eliminación de bosques es causada por el cultivo de la coca ilegal.
Así, el ecólogo Antonio Brack afirmó que “los campesinos migrantes se meten en todos esos sitios afectados y van deforestando los cerros de la selva alta que deberían ser de alta protección pero todas las laderas” y aseguró que esta situación compromete las cabeceras de agua de las quebradas y desemboca en desastres como los registrados en las últimas semanas.
Brack considera a San Martín el caso más extremo porque ahí se han deforestado dos millones de hectáreas de bosques de las cuales sólo se encuentran en productividad apenas 300 mil. “El resto es tierra arrasada” señala el experto.
Al año se deforestan entre 200 y 300 mil hectáreas
Sandro Chávez, del Foro Ecológico, añade que cada año son deforestadas entre 200 mil y 300 mil hectáreas en el país y cita números de INRENA y DEVIDA para asignarle a la coca “entre el 26% y 27% de todo lo que se ha deforestado, porcentaje que se dispara en las cuencas cocaleras”.
Brack por su parte puntualiza que las zonas más afectadas son las de Tingo María, el Valle del Río Apurímac y Ene, VRAE, y el Monzón.
Chávez explica que la coca ilegal es sembrada en la selva baja, en típicos suelos Yungas, y la fertilidad en ese suelo deforestado no llega a prolongarse más de dos años. Al permanecer descubierto el terreno es erosionado rápidamente por las lluvias.
120 mil hectáreas arrasadas por la coca
El artículo, titulado “El desborde de la coca”, revela asimismo que sólo en el último año, el cultivo de coca fue el causante de la deforestación de más de 120 mil hectáreas.
Según el economista Dennis Pereyra, de la Universidad Agraria de la Selva, el intenso cultivo de la coca agrava el problema de la deforestación porque para que se pueda sembrar una hectárea de coca se tiene que deforestar entre cuatro y cinco hectáreas de bosque”.
Pereyra señala que el problema se da a partir de 1968, cuando el narcotráfico empieza a entrar con más fuerza en la zona, y en 1978 las hectáreas cultivadas crecen dramáticamente. “En 1980 ya había unas 48 mil hectáreas en todo el país y de ellas más de 18 mil estaban en el valle del Huallaga”, resaltó.
El estudio de Pereyra arroja que al año 2007, las hectáreas de bosque deforestadas exclusivamente por el avance de la coca eran 886 mil. Pero solo entre el 2006 y el 2007, ese cultivo arrasó con más de 120 mil hectáreas de selva.
Por otro lado, Brack califica el de la coca como “el último capítulo de la tragedia. Las carreteras son malas y no permiten que los campesinos puedan sacar sus productos. Entonces se dedican a la coca. Y el Ministerio de Agricultura no tiene la fuerza ni el entendimiento para frenar el problema”.
Uso de herbicidas agrava el problema
Caretas recordó que los parlamentarios del Partido Nacionalista no se preocupan por las consecuencias ambientales de la proliferación cocalera, pues a diferencia de los demás partidos, no suscribieron un compromiso para combatir el impacto ambiental del narcotráfico, propuesto por el Foro Ecológico antes de la primera vuelta de 2006.
“Hoy sería de esperar que parlamentarias como Nancy Obregón y Elsa Malpartida se pronuncien al respecto” pide la revista.
Por su parte, Luis Gomero, de la Red de Acción en Alternativas al uso de Agroquímicos, reveló que el 68% de la erosión de los suelos es a causa de la coca. La aplicación indiscriminada del ampliamente cuestionado herbicida Paracuat no deja lugar posible para otros cultivos. Otras sustancias tóxicas como el glifostato se riegan en los cocales como si fuesen agua.
Matucana es un triste ejemplo. La pequeña localidad, enclavada en el VRAE fue virtualmente barrida semanas atrás por efectos de las fuertes lluvias.
El alcalde de Matucana, Pedro López Carvajal, reconoció a la agencia de noticias a INFOREGION que “hemos talado para sembrar hoja de coca y eso es lo que ha traído que la ladera del cerro se venga abajo, llevándose nuestras casas”.