La República. Los martes y viernes por la madrugada decenas de vehículos recorren los 170 kilometros que une Tilali con la capital de la provincia de San Román. Pueden ser 60 hasta 120 camiones, trailers o buses que corren a velocidad moderada porque se saben intocables.
En sus bodegas transportan hasta 15 toneladas de artefactos electrodomésticos, productos de primera necesidad, combustible, llantas, cigarrillos, cerveza, gaseosas, golosinas, tela, ropa y otros productos de procedencia extranjera.
Los clanes
Las autoridades que combaten el contrabando tienen identificadas plenamente a las mafias que permiten la conformación de estas Culebras.
«Hay varios contrabandistas; todos en su mayoría son de Juliaca. Aquí está Aquilino Rodrigo Callo (a) «Cayo», el más grande contrabandista de esa ciudad. También figuran César Saravia Blanco (a) Cebiche», Añamuro, y otros conocidos como «La Flaca» y «La Vicky» y cuya identificación resulta imposible, refiere un oficial de la Intendencia de Aduanas.
«Sin embargo, ahora está claro que las Culebras las controlan los Blanco, los Cusi, los Larico y los Apaza», agrega.
Muchos de los integrantes de estas familias registran antecedentes penales; incluso tienen ingresos a prisión u órdenes de captura por delitos de contrabando.
Cuando vamos a hacer un operativo, ellos se enteran con anticipación porque tienen informantes en las instituciones que luchan contra el contrabando. «Los hijos de los contrabandistas trabajan en la policía fiscal, Aduanas, y en el Ejército», refiere el fiscal provincial adjunto de Huancané, Pedro Vilca Noa.
«Ahora, los organizadores de las Culebras ya no pasan de día a causa de nuestras investigaciones. Pasan en las madrugadas para evitar el asedio policial», cuenta el fiscal.
Sin embargo, estas familias solo serían los operadores de las Culebras. Ellos consiguen los camiones y se encargan del internamiento de la mercadería. Identificar a los financistas es una tarea de inteligencia que no se hace hasta ahora», comenta un policía fiscal.
«Estas mafias pertenecen a clanes familiares que rechazan las leyes bajo el pretexto de ser pobres y se permiten violarlas», comenta.
Fronteras abiertas
Los contrabandistas aprovechan los días de ferias en Hancco Hancco (Tilali), Patacayle (Ninantaya), en la provincia de San Pedro de Moho y Huancané para realizar el transbordo de la mercancía que procede del interior de Bolivia.
Para llegar a la ciudad de Juliaca, la Culebra del Norte cuenta con personas que prestan seguridad a los vehículos.Ellos consumen licor, portan armas de fuego, armas blancas, objetos contundentes, y botellas de vidrio con combustible para repeler sorpresivos operativos de Aduanas.
En caso sean detenidos, los conductores y sus acompañantes no portan licencia de conducir ni documentos de identidad a fin de no ser identificados plenamente.
Sin embargo, los operativos policiales y aduaneros son escasos en la parte norte del Lago Titicaca porque prácticamente no existe ningún control.
A diferencia de Desaguadero, donde existe un puesto fronterizo, en Tilali, los contrabandistas efectúan el transbordo de la carga ilegal procedente de La Paz.
Ellos adoptan las máximas medidas de seguridad para poder transportar la mercadería extranjera y almacenarla en la ciudad de Juliaca. Se encuentran premunidos de apoyo logístico: prismáticos, equipos transreceptores y teléfonos satelitales.
Escasa vigilancia
Las Culebras cuentan con vehículos, camionetas 4×4, llamadas “Liebres”, que van kilómetros por delante para asegurarse de que la ruta esté «despejada» hasta su destino hacia la ciudad de Juliaca.
A pocos kilómetros de llegar a su destino final, los componentes de la Culebra se dividen en grupos de seis a diez vehículos por el lado noreste de Juliaca, principalmente por los barrios de Santa Rosa y Tambopata, conocidos por concentrar el grueso del contrabando proveniente de Bolivia.
Los vehículos se pierden a través de las inmensas puertas de fierro ubicadas al lado de las viviendas. La mercadería es descargada y luego retirada en cargamentos hacia los mercadillos locales o para su distribución en Lima y las principales ciudades del Sur.
Responsables según la Policía
Percy Larico. Contrabando dentro de la Culebra Norte. Trae cigarrillos, vestimenta, repuestos de vehículos.
Norma Larico. Contrabandista de la Culebra Norte. Transportaría cigarrillos, vestimenta, cachina (ropa usada de Malasia), repuestos de carros.
Tino Larico. Forma parte de las culebras, ingresa cigarrillos, cachina, repuestos de vehículos y princo.
Adolfo Larico. Se encarga del transporte del ingreso de cigarrillos, ropa, repuestos de carros y ferretería.
Julio Justo Larico. Usaría la modalidad del contrabando dentro de la Culebra del Norte. Ingresa telas, artefactos cigarrillos y repuestos para carros.
Fidel Apaza Mamani. Ingresa a través de las Culebras del Norte telas, princo y cigarrillos.
Alfonso Vilca Apaza. Ingresa bultos de ropa, tela y repuestos para vehículos.
María Cusi Condori. Interna al país cigarrillos, ropa, repuestos para carros.
Amalia Cusi. Ingresa zapatillas, vestimenta, repuestos y carros a través de la Culebra del Norte.
José Blanco Quispe. Ingresa artefactos, cajas de cigarrillos y telas.
Pilar Quispe Callo. Contrabando mediante Culebras. Ingresa desde cachina, princo, balones de gas boliviano hasta cigarrillos y llantas.
Laura Canaza Machica. Ingresa cajonería, cigarrillos y repuestos para vehículos.
Mercadería ilegal se financia con ganancias de la droga que sale por el Sur
Por la frontera compartida con Bolivia, los contrabandistas no solo ingresan mercadería sino también sale droga que terminará finalmente en los mercados de Europa.
Según cálculos de las autoridades aduaneras de Puno, el 2008 se estimaba que el seis por ciento de la droga producida en los valles cocaleros, particularmente del valle de los ríos Apurímac y Ene (Vrae), salía por Puno. Para los años siguientes, las estimaciones sobrepasan ese porcentaje.
Para los analistas del fenómeno del contrabando, no hay duda de que las ganancias obtenidas del pase de la droga por el sur peruano financian la compra de mercadería. Un informe de inteligencia policial de Puno precisa que las ruta usadas para sacar la droga en las cuencas de Inambari (provincia de Sandia) y de San Gabán (provincia de Carabaya) es Juliaca-Huancané-Moho-Tilali-Bolivia, usada también para traer mercancía ilegal.
«Ante la falta de control no se descarta que (los contrabandistas) estén retirando droga, lo que conlleva que su capital es producto del tráfico, y posteriormente a su retorno a Juliaca traen mercadería, acciones que realizan los mismos comerciantes», indica.
Ocurre, sin embargo, que la ruta también es usada para ingresar al Perú droga boliviana. «Hemos hallado droga en varias ocasiones. Nos llama
la atención que esté ingresando. Este año, en Tilali, un kilo de pasta de cocaína fue hallado en botellas dentro de uno de los vehículos de la Culebra. Llamamos a Dirandro para que investigue», señaló un agente Aduanas que pidió mantenerse en el anonimato.
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