Si hiciéramos un análisis rápido en materia ambiental, de lo que nos deja en el año 2015 y de lo que tendrá que enfrentar el nuevo gobierno el año 2016, creo que nos llevaría a evidenciar no sólo retrocesos, sino tantos temas pendientes que no han sido abordados y/o priorizados por la actual gestión.
Esto nos lleva a recordar en principio la Ley 30230, que establece medidas tributarias, simplificación de procedimientos y permisos para la promoción y dinamización de la inversión en el país, que si bien ha sido emitida en el 2014, sus efectos se han dejado ver en el 2015, mediante la limitación para que el sector Ambiente imponga sanciones a través del OEFA, establezca zonas reservadas, entre otros temas que podrían ser dignos de estudio de casos sobre retrocesos y la regresión en materia ambiental.
Otro caso es la Ley Nº 30359 para la implementación de acuerdos binacionales entre Perú y Ecuador y ejecución del proyecto especial binacional Puyango-Tumbes, de noviembre del 2015 y que no es otra que la iniciativa presentada por el Ministerio del Ambiente al Ejecutivo para recortar el Parque Nacional Cerros de Amotape y que resulta un lamentable precedente para el Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado que por primera vez llevó a vulnerarlo y generar un precedente nefasto para este, y que veremos hacia futuro.
Los temas vinculados a minería ilegal que fueran una prioridad en el pasado en la agenda del sector ambiente, parece que ahora están “desatendidos” prueba de ello es lo infructuoso del proceso de formalización minera y el fracaso de la implementación de las medidas de lucha contra la minería ilegal que le tocan no sólo al sector Ambiente sino al Ejecutivo en su conjunto, y que ha llevado al incremento de la actividad ilegal y a la destrucción y deforestación como nunca antes y no sólo en Madre de Dios.
Sobre el tema de bosques, particularmente amazónicos, según reportes oficiales de pérdida de bosque húmedo amazónico, se ha incrementado de 123 563 hectáreas en el año 2011 a 177 571 mil hectáreas en el año 2014, es decir más de 54 000 has. En solo tres años. Esto evidencia una vez más que todo va en discurso mientras seguimos perdiendo nuestro patrimonio natural, sin acciones efectivas y concretas.
Pero, estos temas no son los únicos y los pendientes, el tema de manejo de residuos sólidos, ecoficiencia en el sector público, privado, instituciones educativas, organismos vivos modificados o transgénicos, descontaminación, pasivos ambientales mineros, de hidrocarburos, reglamentación de leyes, en general temas que pasan por el Sistema Nacional de Gestión Ambiental que si bien están a cargo de diversas autoridades no pueden desligar al Ministerio del Ambiente como su ente rector.
Quizás nos recuerden que este año por fin se categorizó Sierra del Divisor, claro que sí y creo que más allá del discurso emprendido por las autoridades fue por la presión que se ejerció desde diversos espacios, como la campaña mundial de Avaaz que llevó a más de un millón y medio de firmas y además la demanda de amparo contra la PCM y el Minam, por parte de la Defensoría del Pueblo y las organizaciones indígenas.
Finalmente nos dirán que la COP21 de Cambio Climático fue un éxito. Fuera de los cuestionamientos sobre si es suficiente o importante el Acuerdo de París, para bien o para mal nuestra autoridad priorizó su agenda en ese tema, tal como sucedió el año pasado y en ese espacio, lo llevó a estar ausente de nuestra agenda nacional y parte de la desatención de nuestra política ambiental, de nuestros temas nacionales, es que su agenda se centró en el cambio climático.
Qué es urgente e importante sí, es innegable, pero no es el único y tampoco el exclusivo, ya que si sumáramos e hiciéramos una gestión adecuada de nuestros recursos, y funcionaran de manera real los diversos sistemas en materia ambiental a su cargo, otra seria la realidad, y todo ello sumaria no sólo a mitigar los efectos del cambio climático sino a adaptarnos de manera adecuada, y además para poder predicar, se empieza por casa y dando el ejemplo.