Jóvenes de promueven el potencial turístico de los aguajales en Madre de Dios

Un grupo de jóvenes de la Red de Voluntariado Ambiental Juvenil de Madre de Dios, con el apoyo de la WWF, del Ministerio del Ambiente y de la cooperación alemana, GIZ, viene impulsando el circuito turístico “El Carachamayo”, que busca promover el potencial de los aguajales de Madre de Dios.

Los aguajales se encuentran amenazados por las malas prácticas utilizadas para cosecharlos y por el vertido de materiales y relaves provenientes de la minería ilegal que obstruyen sus raíces y contaminan las aguas en las que crecen.

Se calcula que son aproximadamente 44,000 hectáreas de bosques los que se han perdido en Madre de Dios a consecuencia de la actividad minera ilegal, muchas de las cuales fueron aguajales.

El circuito “El Carachamayo”, ubicado a 15 minutos de Puerto Maldonado, se inició durante el festival FESTIAMAZONIA 2013, en las fiestas de San Juan, pero continuará su viaje por diferentes localidades de la región mostrando, a través de una exposición fotográfica, la importancia de conservar estos ecosistemas actualmente amenazados.

También se ofrece la posibilidad de practicar deportes extremos como el Zip Line de casi 100 metros a través del aguajal, el canotaje en lago y el Tree clip, lanzamiento al vacío desde lo alto de un árbol con arnés. Hasta el día de ayer 500 personas han visitado el circuito “El Carachamayo”.

Los aguajales son ecosistemas frágiles caracterizados por la presencia permanente de agua y de la palmera que les da nombre, el aguaje; que pese a ser la palmera emblemática de la selva peruana y el alimento con mayor contenido de vitamina A, es fuertemente amenazado por actividades humanas. Son un gran depósito de materia orgánica y de carbono – pueden almacenar hasta 480 toneladas de dióxido de carbono por hectárea.

Igualmente, son una oportunidad de negocio para muchos grupos como los palmicultores, familias que cosechan sosteniblemente los frutos de las palmeras como el aguaje, ungurahui y otras de gran aceptación; así como para los pescadores, dedicados a la captura del tradicional carachama, pez que vive en el  fondo lodoso del aguajal, y que es muy requerido para la elaboración del conocido “caldo de carachama” de alto valor nutritivo.

De los aguajales también se pueden extraer esencias como la vainilla que tiene un gran potencial comercial y es altamente requerido en la industria alimentaria.