Los físicos nucleares en el Perú están de aniversario. El Centro Nuclear de Huarangal cumple 23 años, comprometido en la investigación de la energía nuclear y en la innovación tecnológica en beneficio de salud, y muy pronto seguramente, en uno de los protagonistas de la provisión energética al mundo.
El Centro Nuclear de Huarangal, perteneciente al Instituto Peruano de Energía Nuclear (IPEN), institución pública descentralizada del Ministerio de Energía y Minas (MEM), se convirtió el más grande complejo de ciencia y tecnología de la historia del Perú, desde su fundación el 19 de diciembre de 1988.
Tiene un área de 125 hectáreas y está ubicada a 42 kilómetros al norte de Lima, en el distrito de Carabayllo. Cuenta con diferentes instalaciones; reactor RP10, laboratorios de Física Experimental de Reactores y de Ciencias, planta de Producción de Radioisótopos; así como, el laboratorio Secundario de Calibraciones y la planta de Gestión de Residuos Radiactivos.
En cada uno de estos ambientes se desarrolla una importante labor de investigación y en la búsqueda constante de nuevas tecnologías, cuyos resultados son de primer nivel que ha recibido el reconocimiento fuera de nuestras fronteras.
Uno de los principales usos y servicios es la de su reactor RP-10, con 10 megavatios de potencia térmica, que apunta a la tecnología de reactores nucleares, producción de radioisótopos, ciencia de materiales, análisis por activación neutrónica, capacitación y entrenamiento en tecnología de reactores nucleares.
El físico nuclear, Rolando Páucar Jáuregui, señala que el RP-10 es una instalación nuclear donde se controla la fisión nuclear, que consiste en la ruptura del núcleo atómico del Uranio-235 (U-235) con una gran liberación de energía, neutrones y emisión de radiaciones. Los neutrones producidos son utilizados para la investigación y producción de radioisótopos.
“La utilidad más importante que ha tenido y tiene el centro nuclear se encuentra en la planta de producción de radioisótopos. Esta producción está destinada a las aplicaciones en medicina nuclear para el diagnóstico de enfermedades, el tratamiento de patologías tiroideas y, más recientemente, para el tratamiento de terapias del dolor en enfermedades terminales”, acotó.
Agregó que también es aplicado en la industria para el perfilaje de pozos petroleros, interconexión de acuíferos, estudio de fugas de embalses, en la detección de fallas en la soldadura. Y en la agricultura para optimizar el uso de fertilizantes, entre otras aplicaciones.