El director del Instituto Peruano del Agro (IPA), Ángel Manero, afirmó que la estrategia de lucha contra el narcotráfico debería empezar por el desarrollo de cultivos alternativos como el café y el cacao, entre otros, enmarcados en modelos de negocios viables, es decir, desarrollando la oferta de estos productos y reconociendo su valor en los diferentes mercados externos.
Agregó que las acciones de cambio se tienen que visualizar como proyectos de sensibilización a largo plazo. “Convencer a los productores cocaleros a que cambien voluntariamente de cultivo no es un tema sencillo, primero, porque se interrumpe abruptamente su flujo de ingresos y, segundo, porque alternativas viables como la agroforestería toman algunos años para generar ingresos”.
Según el ejecutivo, la solución sería pensar en un desarrollo integral, donde se le entregue al cocalero la plantación del cultivo alternativo y capacite para su instalación y se le otorgue una pensión pecuniaria hasta que el proyecto agropecuario cubra la canasta básica de consumo.
En opinión de Manero, estas acciones deberían ser implementadas con partidas no reembolsables, lideradas por la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), teniendo en cuenta a Agrorural (Programa de Desarrollo Productivo Agrario Rural del MINAG) como ejecutor.
Además, precisó que la cadena productiva de la coca es muy eficiente: tiene buena demanda y el centro de procesamiento, que reduce el volumen de carga, está muy cerca de las plantaciones.
“Estos deberían ser sustituidos por parques industriales (polos de desarrollo con diversas actividades de procesamiento y servicios) ubicados en zonas de comunicación estratégicas con infraestructura para llegar a los mercados”, indicó.