Los animales silvestres no son mascotas. El tema en nuestro país cuenta con penalidades para los infractores. Sin embargo, este comercio ilegal continúa y deja una elevada mortandad entre varias especies cuyo hogar no está en nuestras casas. Sin embargo, se dan casos en que el trabajo coordinado entre la sociedad civil y autoridades logra el rescate de especímenes silvestres como «Junia». Su conmovedor caso fue viral en los primeros meses del año. Repasemos esta lección de vida que marcó un ejemplo en la defensa de las especies silvestres.
Hace varios meses se denunció el caso de un manatí bebe capturado para traficar con él luego de matar a sus padres para venderlos como carne. Este hecho ocurrió en la localidad de Tamshiyacu en Iquitos. El tráfico de animales silvestres no tiene cuando parar en nuestra Amazonía, en este caso por 700 soles uno podría ser dueño de este ejemplar. La legislación es clara al respecto, el tráfico de animales silvestres está penado por ley, pero existe toda una organización internacional alrededor de este ilícito que genera millones y que nuestras autoridades no tienen los recursos para frenar.
Tal es el caso de este pequeño espécimen de no más de cinco meses de nacido que fue separado de su madre y atado por la cola para que no escapara. Afortunadamente, gracias a la difusión que hicieron los seguidores del médico veterinario Pancho Cavero en las redes sociales ya que compartieron y repostearon el vídeo de este caso es que se pudo rescatar a «Junia».
La Fiscalía Especializada en Materia Ambiental de Iquitos, hizo suya esta denuncia y en colaboración con la Capitanía de Puerto logró el rescate del bebé manatí que fue trasladado en coordinación con la Dirección Regional de la Producción de Loreto al Centro de Rescate – CREA para recibir el cuidado adecuado para superar un cuadro de deshidratación severa y pérdida de peso.
Un punto a resaltar en la caza del manatí, es que a pesar de que la legislación peruana prohíbe la captura y comercialización del manatí amazónico, ésta práctica todavía se desarrolla en algunas comunidades de la cuenca Amazónica del país. Cada año decenas de manatíes son cazados para el consumo de su carne y las crías son capturadas vivas para ser vendidas como mascotas.
Se ha corroborado el hecho que se produce la venta ilegal de carne de manatí a tan sólo 5 soles el kilo en la ciudad de Requena, cerca al parque Pacaya Samiria, región Loreto. Esto debido a la escasez de peces en la zona. Por lo que los pobladores buscan otro tipo de alimentos para paliar esta escasez.
La importancia del manatí
Los manatíes tienen un ciclo reproductivo largo. Por lo general, se aparean sólo cada dos años, y dan a luz a una sola cría. Ellos contribuyen a mantener el equilibrio de la vegetación en los ecosistemas y su salud es un indicador del bienestar marino y ecológico en general. Se encuentran en aguas llanas, ríos lentos, estuarios, en particular donde la vegetación de agua dulce prolifera.
Esta especie vegetariana, que puede llegar a pesar hasta una tonelada y medir hasta cinco metros en su edad adulta, se da gusto devorando pastos de agua, maleza, tarulla, plantas flotantes, además de todo lo verde que se le atraviese. Cada vez que devoran su comida le están haciendo un bien al medio ambiente y al hombre porque con ello contribuyen a descongestionar de plantas los canales, las ciénagas y los ríos.
La obstrucción de esas plantas acuáticas no deseables causa perjuicios en la navegación y la pesca, reducción en la generación de energía y desecación de ciénagas por acumulación de plantas en la superficie del agua. La transmisión de enfermedades también es facilitada por la abundancia de vegetales. Y ahí está otra muestra de la importancia del manatí como control biológico de la maleza en las fuentes de agua.
Para sus vecinos también resulta beneficioso debido a que su excremento es potencial fertilizante de plancton, principal nutriente de los peces. Influye, también, positivamente en el proceso de fertilización y productividad de los sitios en los que habita.
Y ahí no termina la labor social de este animal silvestre. Los manatíes evitan que los peces se ahoguen por falta de oxígeno, que es acaparado por el buchón y otras plantas acuáticas que forman grandes comunidades en diversas áreas de las ciénagas.
Los animales silvestres no son mascotas
Es de vital importancia que las personas tomen conciencia que el manatí es una especie muy importante para la Amazonía y este está en peligro. Las sanciones por su captura, tenencia ilegal y comercialización son muy severas en la ley peruana.
Recordemos que los animales silvestres no son mascotas: ellos tienes sus hábitats y sacarlos de ellos, podría matarlos y desestabilizar los ecosistemas. Todos los animales son importantes, pero algunos necesitan de nuestra ayuda. Todos debemos hacernos responsables y estar orgullosos de nuestra Amazonia. Por ello, es importante colaborar en casos como el señalado para salvar animales silvestres como el manatí amazónico.