Un nuevo informe de Naciones Unidas (ONU) indica que los aparatos electrónicos descartados, como computadoras y teléfonos móviles más conocidos como celulares, representan una importante amenaza para el medio ambiente y la salud pública.
El informe, recopilado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), pide que se formulen nuevas regulaciones para asegurar que el desperdicio electrónico se recicle de una manera concienzuda.
El auge de la industria electrónica ha tenido implicaciones negativas, especialmente en los países en desarrollo, donde los esfuerzos por reciclar celulares, computadoras y televisiones no se ajustan a los grandes volúmenes de venta.
La agencia ambiental de la ONU estima que el desperdicio electrónico, o basura-e, está creciendo a un ritmo de 40 millones de toneladas al año.
Los dispositivos electrónicos contienen metales y algunos elementos potencialmente tóxicos, así que su reciclaje es complicado.
Pero en muchos países, entre ellos China, estos desperdicios son incinerados en vertederos, emitiendo gases venenosos a la atmósfera.
México y Brasil también están entre los países que enfrentan crecientes montañas de chatarra electrónica.
Naciones Unidas advierte que sin las medidas inmediatas para asegurar el recolección y eliminación segura de estos residuos, muchos países se verán inundados en desperdicios electrónicos que tendrán serias consecuencias para la salud de la pública.
El informe pide establecer procesos formales regulados para el manejo y reciclaje de la basura-e.
El PNUMA reconoce que este programa sería costoso de introducir pero, a la larga, generaría empleos, recuperaría metales preciosos como el oro y plata contenidos en electrónicos y contribuiría a un ambiente limpio y saludable.