«Es impertinente y hasta una expresión de uno que seguramente le falta sesos, que invite a sentarse en su mesa y le proponga públicamente que hasta integren su movimiento político regional a los senderistas». Estas expresiones que hacemos referencias surgieron de boca y del discurso poco elaborado que posee el presidente regional de Ayacucho, Wilfredo Oscorima, quien en su alocución que dio ante sus simpatizantes de sus movimiento Alianza Regional Ayacucho el último fin de semana dijo: “que no distinguimos partidos políticos, que aquí vengan los fujimoristas, que aquí vengan los terroristas, que aquí vengan los acciopopulistas, aquí no distinguimos a nadie”.
La frase que reproducimos en el párrafo anterior dice mucho de lo poco orgánico –política e intelectualmente – que es este señor empresario de casinos, Wilfredo Oscorima (hoy presidente regional), este improvisado de la política regional y hoy aprendiz de política quien dice que en un año de gobierno haber aprendido de lo que es el Estado, la política y la democracia. Pero invitar a que los terroristas se unan a su movimiento, evidencia que éste no ha aprendido nada y sabe absolutamente nada de historia y de lo que Sendero Luminoso generó en nuestra región y los estragos que dejó. Y piensa otorgarles un espacio a estos que no creen en la democracia ni mucho menos en la gobernabilidad. Hasta un neófito en política sabe que efectos podría generara expresarse de esa manera.
En un escenario donde la sociedad peruana rechaza al movimiento filo senderista denominado Movimiento por la Amnistía y los Derechos Fundamentales (Movadef) no permitiendo que esta se legalice como organización política inscribiéndose ante el Jurado Nacional de Elecciones, porque reivindican el denominado pensamiento Gonzalo, ideología que validad el alzamiento en armas y la destrucción del estado; resulta incongruente y hasta “estúpido” que quien fue elegido como autoridad con los parámetros y normas que nos otorga la democracia, invite a su mesa a los que no creen en los principios y valores de la democracia, siendo uno de ellos la tolerancia que significa respetar la opinión del otro, así ésta sea contraria a la de uno, principio democrático que los senderistas nunca respetarán.
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