Los agentes especializados en la lucha contra el tráfico ilícito de drogas, de la Unidad de Patrullaje Motorizado Rural (UMOPAR), incursionaron de forma sorpresiva en el poblado de Manchuria, en el distrito del Monzón, y destruyeron dos gigantescos laboratorios rústicos de pasta básica de cocaína (PBC).
La operación se inició a las 3 de la madrugada, cuando los efectivos llegaron a la zona vía terrestre. De acuerdo a las investigaciones, en el lugar se detectaron actividades ilícitas por parte de los narcotraficantes “Iscamano” o “Manosucia” y “Pollo”.
Dirigidos por el jefe de la UMOPAR, el comandante PNP Ismael Talla De la Cruz, los agentes se situaron en las coordenadas señaladas por informaciones de inteligencia. En el lugar hallaron las enormes pozas de maceración y decantación de coca. Cada una estaba acondicionada para procesar 200 arrobas de hoja de coca (2,300 kilos) al mismo tiempo.
El fiscal Handhy Cruz Jaramillo, que asistió a la operación, dispuso la destrucción inmediata de las instalaciones, así como de abundante cantidad de ácido sulfúrico y una combinación de gasolina y petróleo, que intervienen en el proceso de transformación de la hoja en droga.
Por los indicios hallados en los alrededores, se presume que varios narcotraficantes huyeron del lugar antes que lleguen los agentes policiales.
Además, diversas fuentes de la PNP señalaron que estos laboratorios de droga servían para distribuir la mercadería a gran parte de la población de Manchuria para la fabricación de estupefacientes.
La Policía Antidrogas estima que con esta operación se logró neutralizar la producción de aproximadamente 90 kilogramos de PBC. Por eso, seguirán las inspecciones sorpresivas para contrarrestas el problema.
Al mediodía y adoptando severas medidas de seguridad para evitar contratiempos con la población, los agentes retornaron a Tingo María y observaron en el camino que los comuneros secan grandes cantidades de hoja de coca que alimentan el narcotráfico en el valle del Monzón.